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Los celtas están emparentados con los mexicanos. El Halloween es pariente de “El Día de los Muertos”, por lo menos en el Sur de California, donde costumbres y tradiciones se van acomodando al folclore y la economía.
Eso lo sabe María López, dueña de la “Dulcería Márquez”, de Lynwwod. Atendiendo a sus clientes que llegan al Mercado Hidalgo María descuelga piñatas de brujas y vampiros que llegan a comprarle los padres de familia.
“Muchos padres rompen las piñatas en las casas, principalmente si el cumpleaños de sus hijos está cerca del ‘Jalouin'”, dice.
Ahí también tiene dulces y golosinas tradicionales, además de bolsas de dulces importados de frutas naturales.
El Halloween es un fenómeno económico en el que se gastan alrededor de $7.4 billones de dólares en los Estados Unidos en disfraces, decoraciones, dulces y otros objetos, según la National Retail Federation, y se calcula que los norteamericanos gastarán en promedio $77.52 dólares.
En estos se incluyen los nuevos consumidores que llegan a la Plaza México de Lynwood.
López, quien tiene 15 años atendiendo su negocio ha visto que estos han crecido y diversificado sus gustos.
Ahí tiene una variedad de golosinas sanas y nutritivas como las pepitorias, palanquetas de cacahuate o las alegrías de amaranto, todas estas con suficiente proteína como para ahorrar un vaso de leche.
Sin embargo, “la mayoría se van a lo más barato”, dice señalando a las bolsas de más de dos kilos de dulces y “lolipops”.
De acuerdo a Matthew, “el Halloween es una de las fechas de mayor incremento en el consumo”.
“No hay duda que la variedad de disfraces para adultos, niños y aún para mascotas, ha incrementado la demanda entre los consumidores de todas las edades”, dice.
María Sotelo ya tiene los disfraces de sus hijas de 8 y 7 años.
“Destiny va a ser Tinker Bell (Campanita) y Carla, un pirata”, dice. “Nosotros siempre nos juntamos con sus tíos y primos y nos vamos”.
Oriunda de Guadalajara, Jalisco, Sotelo no ve conflicto para adoptar nuevas tradiciones.
“Ellos son solo niños, y se divierten”, dice. “El Día de los Muertos, le pongo una veladora a la foto de un hermano que falleció”.
En el Sur de California los desfiles de disfraces de Hollywood será uno de los destinos a donde acudirán muchos de los adultos que comprarán disfraces, que según la NFR representa un gasto de $1.4 billones de dólares, pero en otros lugares también habrá “party”.
A unos pasos de la Dulcería Márquez, el Restaurant La Huasteca tendrá un baile de disfraces, donde se le otorgarán premios al “más horrendo, más original y más sexy”.
“Este es un evento que se empezó a hacer hace tres años”, dice Carlos Flores, el gerente del restaurante. “Va a ser de 10 de la noche a las 2 de la mañana, justo cuando los estacionamientos de la plaza se quedan solos porque cierran los demás negocios”.
Es un baile que estará amenizado con la Banda Klika Perrona y DJs y que atrae principalmente a parejas de entre 25 y 35 años.
“Ellos son jóvenes que se sienten a gusto entre varias tradiciones”, dice Flores. “Van a llegar vestidos de zombies, calaveras- listos para una taquiza, que incluirá tacos de tripa, asada, chicharrón y lengua”.
El Halloween es una tradición celta que tiene puntos de encuentro y diferencias con el Día de los Muertos de los Mexicanos.
Halloween tiene sus orígenes en el antiguo festival celta conocida como Samhain. El festival de Samhain es una celebración del final de la temporada de cosecha en cultura gaélica. Samhain era una época usada para hacer un balance de los materiales y preparar para el invierno. Los antiguos galos creían que el 31 de octubre, las fronteras entre los mundos de los vivos y los muertos se superponen y el fallecido habría vuelto a la vida a causar estragos tales como enfermedad o cosechas dañadas.
En la tradición de los antiguos mexicanos, los muertos también visitan simbólicamente a los vivos, pero no en un sentido malévolo, sino como una visita de cortesía en la que son recibidos con la comida y bebida que les gustaba en vida.
También, se quiera o no, el Halloween y Día de los Muertos es algo que ya también está naturalizado en México y otros países latinoamericanos.
Los hermanos Ivan (35) y Miguel (29) Santiago, oriundos de Oaxaca, México, recuerdan que desde niños salían a pedir, no dulces, sino frutas y pan a las calles, en algo que si bien se parecía más al Día de los Muertos, tenía más del “trick or treat” del Halloween- Pero sin amenazas.
