Skip to content
Author
PUBLISHED: | UPDATED:

Chicago (IL), 14 feb (EFEUSA).- El senador Richard Durbin y el congresista Luis Gutiérrez analizaron hoy junto a líderes comunitarios y activistas de Chicago los esfuerzos para aprobar la reforma migratoria en el Congreso federal.

En un encuentro organizado por Durbin en la Casa de Michoacán, el legislador expresó que la lucha “es difícil, pero no imposible” y recordó que la reforma ha sido “declarada muerta 247 veces y siempre la resucitamos milagrosamente”.

De su parte, Gutiérrez dijo que “todas las armas son útiles” para luchar por la reforma migratoria y convocó a líderes comunitarios y activistas de Chicago a mantener la presión sobre el Congreso federal para lograrlo.

Gutiérrez fundamentó su optimismo en su costumbre de “escuchar atentamente” lo que dicen los líderes republicanos en la Cámara de Representantes, en lugar de guiarse por los titulares de prensa “que tienen la tendencia de escoger lo más negativo”.

Destacó que el presidente de la cámara, John Boehner, “no dijo que la reforma no se iba a hacer, sino que la veía difícil”.

“Bienvenido a mi mundo, que es difícil, ya lo sabemos desde hace mucho tiempo y es por eso que tenemos que mantener el foco y la luz sobre este asunto”, expresó.

Según el congresista hispano, el costo político sería demasiado alto para los republicanos si bloquean la reforma este año, y aseguró, sobre todo, “si llegamos a (la elección presidencial de) noviembre de 2016 y la reforma todavía está pendiente”.

Durbin manifestó a los presentes que Gutiérrez se ha convertido en la “voz nacional” de la lucha por la reforma, a lo que el legislador por Illinois respondió jocosamente: “soy guapo, pero no estoy solo”, para agradecer luego el apoyo que recibe de los grupos proinmigrantes.

“No podemos permitir que la tragedia de las deportaciones sea invisible, que nuestra comunidad se convierta en invisible”, afirmó.

Consultado por Efe después del encuentro, Gutiérrez declaró que “toda las armas son útiles” para luchar por la reforma y una de ellas podría ser la medida parlamentaria conocida en inglés como “discharge petition” o petición de descarga, que permitiría a la minoría de la cámara obligar a un voto este año.

Recordó que es un proceso que demora 60 días una vez iniciado, y de concretarse podría convertirse en “una fase de la lucha que ya está en marcha”.

“Yo no tengo ningún problema, pero quienes hablan de esta medida por el momento están buscando solamente gloria y titulares, no avanzan nada en concreto”, dijo.

Algunos de los participantes declararon a Efe que no son optimistas sobre el futuro de la reforma, como Artemio Arreola de la Coalición de Illinois para los Derechos de Inmigrantes y Refugiados.

“Estamos en el medio del baile político de los republicanos y a nosotros nos toca la más fea”, expresó.

“Lo veo bien difícil porque no sé qué seriedad le ponen al discurso, al debate y al trabajo”, agregó.

Por su parte, Joshua Hoyt, de la Asociación Nacional para los Nuevos Americanos, opinó sobre las declaraciones contradictorias de Boehner sobre la reforma y dijo que son el resultado de “una guerra interna del Partido Republicano, donde los líderes le tienen miedo a su gente”.

“Es una idiotez lo que hacen los republicanos y es por eso que la comunidad inmigrante tiene que enviarles un mensaje muy fuerte para que haya reforma este año, o un castigo en las urnas en la próxima elección”.

Durbin informó además que ha intercambiado correspondencia con el nuevo secretario nacional de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, sobre la política de deportación del Gobierno y éste habría aceptado su invitación para visitar algunos centros de detención de Inmigración.

“Le dije que venga a Broadview (cerca de Chicago donde se concentran las personas a ser deportadas por el aeropuerto O’Hare) para que vea que esa gente no es una amenaza criminal para los Estados Unidos”, señaló. EFEUSA