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El presidente estadounidense, Barack Obama (d), y el papa Francisco (i), conversan tras una audiencia privada celebrada en el Vaticano el pasado jueves 27 de marzo de 2014. Obama y el Sumo Pontífice hablaron, entre otros temas, de la reforma migratoria y el drama que sufren "los millones de personas que siguen en las sombras" por carecer de estatuto legal en EE.UU., un asunto especialmente sensible para el pontífice dados sus orígenes latinoamericanos. "Como alguien que viene de América Latina, creo que es muy consciente de la difícil situación de muchos inmigrantes que son gente maravillosa, trabajan duro, contribuyen (al país) y muchos de sus hijos son ciudadanos estadounidenses, y sin embargo, siguen viviendo en las sombras", explicó el mandatario después del encuentro.
El presidente estadounidense, Barack Obama (d), y el papa Francisco (i), conversan tras una audiencia privada celebrada en el Vaticano el pasado jueves 27 de marzo de 2014. Obama y el Sumo Pontífice hablaron, entre otros temas, de la reforma migratoria y el drama que sufren “los millones de personas que siguen en las sombras” por carecer de estatuto legal en EE.UU., un asunto especialmente sensible para el pontífice dados sus orígenes latinoamericanos. “Como alguien que viene de América Latina, creo que es muy consciente de la difícil situación de muchos inmigrantes que son gente maravillosa, trabajan duro, contribuyen (al país) y muchos de sus hijos son ciudadanos estadounidenses, y sin embargo, siguen viviendo en las sombras”, explicó el mandatario después del encuentro.
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Chicago (IL), 31 mar (EFEUSA).- La delegación de católicos hispanos que viajaron al Vaticano para suplicar al papa que les ayude a poner fin a las deportaciones y las separaciones de las familias latinas calificó su viaje como todo un éxito.

“Llegamos muy satisfechos, creemos que logramos nuestro objetivo de lanzar una llamado de esperanza para mantener la moral de casi doce millones de personas sin documentos en nuestro país”, dijo el sacerdote Marco A. Mercado a Efe a su regreso desde Roma.

El rector del Santuario de Señora de Guadalupe en Des Plaines (Illinois), al norte de Chicago, explicó que, de acuerdo con las propias declaraciones del presidente, Barack Obama, el “tema migratorio fue parte de la agenda de su conversación con el santo padre”.

Durante su visita, los 13 integrantes de la comitiva del área de Chicago le entregaron al secretario del papa un pliego petitorio pidiendo ayuda para que Francisco tratara de las deportaciones con Obama, con quien el santo padre se reunía al día siguiente.

“Las oraciones y bendiciones del papa llegan a todas las familias que viven en la angustia y las que están sufriendo los estragos de las deportaciones”, afirmó Mercado ya en Chicago.

Una de las integrantes de la comitiva hispana fue Jersey Vargas, una niña de 10 años, que pidió al papa que intercediese ante Obama para que su padre, a punto de ser deportado tras detenido por conducir sin licencia, y éste le prometió que hablaría con el presidente estadounidense sobre el tema.

Pocas horas después le informaron de que su padre esta libre, tras pagar su familia una fianza de 5.000 dólares, y a su regreso a Los Ángeles la niña tuvo un emotivo reencuentro con su padre, en libertad mientras prosigue su caso.

Mercado dijo que todos los integrantes de esta delegación sienten que lograron abrir la discusión sobre las deportaciones y separación de familias a nivel de europeo y en Estados Unidos.

“Como sacerdote me siento muy contento de ver como nuestro pastor universal camina junto con su pueblo, especialmente los más necesitados. Estamos muy confiados en que el presidente Obama escuchó la voz del papa y pondrá un alto a las deportaciones”, aseguró Mercado.

Francisco le regaló al padre Mercado, delegado arzobispal para el ministerio hispano, un solideo blanco, que dijo que guardará con “mucho cariño” por su “gran admiración y amor” al santo padre.

Otro peregrino hispano que hizo el viaje a Roma fue el actor del cine mexicano Salomón Carmona, quien, a su regreso a Chicago, dijo a Efe que la misión que se propusieron fue cumplida.

“Yo creo que al final del día sí se logró a lo que íbamos”, reiteró Carmona.

Su próximo objetivo es llevar el mismo mensaje a otros organismos internacionales como las Naciones Unidas, dijo a Efe el activista religioso Eduardo Piña, organizador del viaje, cuya idea surgió después de una peregrinación el pasado diciembre por ocho ciudades de Illinois.

“Lo que queremos hacer ahora es elevar el debate a nivel mundial, quizás llevarlo a las Naciones Unidas”, dijo este inmigrante mexicano.

El principal motor de estas iniciativas es ayudar a los niños de los indocumentados que han sido o serán deportados y que tienen que vivir sin sus padres o que han terminado en orfanatos.

“Los niños inmigrantes son los más desprotegidos y marginados en términos de sus derechos humanos”, apuntó.

En su opinión, el viaje de esta comitiva hispana al Vaticano fue un “éxito” y que “el milagro se realizó”.

Ahora lo que resta, es, consideró, “esperar la bendición del santo padre y confiar en sus esfuerzos y buena voluntad para buscar ayuda para los inmigrantes” finalizó Piña. EFEUSA