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Los Ángeles, 27 ene (EFEUSA).- Inmigrantes hispanos ganan espacios como instructores de clases de ciudadanía, pues los residentes que están en el proceso de naturalización encuentran en estos tutores un ejemplo a seguir para afrontar el examen y la entrevista con el oficial de Inmigración.

“Les cuento mi experiencia, que se siente miedo, que se pueden encontrar con un oficial difícil, pero que con preparación se puede pasar y tener el mejor regalo que este país le puede dar a uno, ser ciudadano”, dijo a Efe Hugo Armando Acosta, instructor de Hispanic Community Service, acreditado para dar cursos de naturalización.

Desde 2006, Acosta se dedica a dictar el curso de cinco semanas en la organización del Valle de San Fernando.

El inmigrante de origen colombiano, que se hizo ciudadano en 1996, ha estado ligado al tema migratorio desde muy joven. Su madre, Ligia Acosta, es la fundadora de la entidad que presta estos servicios desde hace 20 años.

“Cuando me detuvo inmigración me di cuenta de la necesidad tan grande que hay en nuestra comunidad de aprender los derechos y evitar que las autoridades de Inmigración cometan arbitrariedades, porque sí las hay”, explicó Lígia Acosta, de 71 años.

En estas dos décadas, cientos de inmigrantes han pasado por el salón de clases de Acosta, la mayoría son migrantes que tienen poca escolaridad y no dominan el inglés.

“Un profesor inmigrante como nosotros y que hable español nos da confianza, y podemos preguntar sobre cosas que no sabemos sin sentirnos mal”, explicó a Efe el salvadoreño Orlando Solorzano, quién tendrá que presentarse al examen de ciudadanía el próximo mes.

Por dos horas, Acosta se dedica a explicar y repasar en inglés y español las cien preguntas y respuestas que tiene el examen de ciudadanía, pero el trabajo no termina ahí, pues la idea de estas clases es preparar al inmigrante para toda la entrevista.

Las recomendaciones van desde cosas tan simples como no sentarse antes que el oficial de inmigración les tome juramento. “Les explico lo que significa esta entrevista, que están jurando decir la verdad, pero también de su derecho a llamar a un supervisor si se sienten discriminados”, aseguró

Para Teresa Tejada, directora de la organización comunitaria ASOSAL y encargada de dictar el curso de ciudadanía, el propósito principal de estas clases es explicar el compromiso que se adquiere con el país y con la misma comunidad.

“Necesitamos entender que es un paso muy importante, que nos permite votar, defender nuestros derechos, pero también aportar a este país al que pertenecemos”, indicó.

Según datos del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS), hasta agosto de 2015, el 91 % de los residentes que tomaban el examen de ciudadanía lograban aprobarlo.

No obstante, Acosta y Tejada saben que es necesario apoyar a los inmigrantes más vulnerables para que no se conviertan en el porcentaje que no logra contestar bien seis de las diez preguntas que hacen en la entrevista, o que no pueden demostrar sus conocimientos básicos de inglés.

Actualmente, cerca de 8,8 millones de residentes permanentes en el país son elegibles para convertirse en ciudadanos estadounidenses.

De acuerdo a Claire Nicholson, vocera de USCIS en Los Ángeles, las autoridades migratorias han dispuesto recursos en todas las plataformas para ayudar a los solicitantes, ya sea en español o inglés.

Los recursos están disponibles en bibliotecas, escuelas para adultos y la internet. Recientemente USCIS lanzó en su página web un test dónde los migrantes pueden practicar.

A pesar de todos estos recursos, los instructores saben que sus alumnos desean la intimidad de una clase para poder practicar y sentirse como en familia.

En ambas organizaciones el curso termina con un ensayo de la entrevista y del examen.

“Siempre regresan a contarnos la experiencia y los invitamos a que le cuenten su experiencia a los alumnos nuevos, eso los motiva. Somos como una gran familia”, sostuvo Tejada. EFEUSA