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  • Café llamado La Casa de la Trova, en Santiago de...

    Café llamado La Casa de la Trova, en Santiago de Cuba.

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    El cantautor cubano Silvio Rodríguez ofreciendo un concierto el 10 de diciembre del 2010, en un barrio de La Habana (Cuba) como parte de una serie de conciertos que realizó por diferentes barrios de la capital cubana.

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La Trova, un movimiento musical puramente latinoamericano, nacido en las entrañas de Cuba, comparado únicamente con el Folk anglo o con la Nova Cançó catalana por su sencillez en la instrumentación y por sus letras poéticas, nació posiblemente cuando un personaje nacido en 1856 llamado Pépe Sánchez tomara su guitarra, y sin entrenamiento formal musical, hizo uso de un talento natural y se inició en el mundo de la composición.

Pasando posteriormente por matices de ritmos africanos y españoles, la Trova evolucionó de unos tantos boleros y jingles que escribiera Sánchez, dando paso a una transformación afectada por revoluciones de distintos ámbitos en la década de los 60’s.

Los temas sociales abundaron después de la revolución cubana, lo cual dio luz a la depuración de un movimiento meramente lírico y popular, creando la denominada Nueva Trova.

En esta corriente renovada, la lírica hurgaba en un espectro amplio de la vida con su variedad de temas.

Cuestiones que se oponían a lo banal como la injusticia, el sexismo, el racismo, etc. comenzaron a ser armonizadas, creando un bastimento de canciones que conformaron el repertorio de este movimiento, y a la vez, sirvieron -muchas de ellas- de panfletos para una revolución que creaba expectativas muy altas no solo para el pueblo cubano, sino también ante la vista del resto del mundo.

Silvio Rodríguez llegaba a ocupar su lugar como un Juan Bautista, un propagador del evangelio socialista dentro de un pueblo esperanzado en el cambio social que la revolución de entonces prometía; pero también, al lado de Pablo Milanés, daba tributo al mundo musical, componiendo canciones embellecidas poéticamente que no solo se limitaban a lo político.

Aunque no solo el lado lírico de la canción de la Trova original experimentó un cambio radical. También la parte instrumental -la guitarra específicamente-, desarrolló una técnica que llegó a complementar la personalidad de la Nueva Trova.

La popularidad de dicho movimiento se fue desvaneciendo cuando los temas de actualidad de los 70’s perdieran interés y el mundo centrara su atención en la vieja música cubana que emergió con fuerza a través del video y las grabaciones de Buena Vista Social Club.

Aun desvanecida, la Nueva Trova pudo trascender fronteras y hermanarse con el folclore de los pueblos latinoamericanos y con sus constantes luchas sociales internas.

Alguna vez, alguien definió al trovador como aquel que canta canciones de su propia composición o de otros cantautores del género, que se acompaña con una guitarra y que trata la canción de forma poética

Hoy día, la Trova, como simplemente es llamada, puede ir de la crítica social y la sátira política, a los temas populares fuertemente influidos por la música comercial en boga. Por lo cual, el actual término de “Trova” en cada país se ha vuelto camaleónico y ambiguo, todo dependiendo del cantante y del contexto social y musical del momento en cada región.

Aun así, hoy como ayer, la Trova sigue siendo una alternativa real para los oídos ávidos, si ya no de novedades, al menos de palabras que inviten a la reflexión y que busquen la interacción intelectual, no solo emocional del que la escucha.

Mándenos sus comentarios a rmsandoval@live.com