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En el presente, el que los políticos acepten dinero directo de corporaciones es totalmente aceptable, lo cual resulta completamente inaceptable.
En el presente, el que los políticos acepten dinero directo de corporaciones es totalmente aceptable, lo cual resulta completamente inaceptable.
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La corrupción legalizada: Segunda parte

En una entrevista que el noticiero 60 minutos hiciera a Jack Abramoff, este comenta como siendo él un relacionista dedicado al cabildeo o ‘lobby’, y a influir en las decisiones políticas por medio de “favores” hechos a funcionarios públicos, había conseguido tener una “fuerte influencia sobre cerca de cien congresistas.”

Favores como apoyo monetario a sus campañas o el ofrecimiento de puestos de trabajo después de terminado su término en el gobierno eran algo común.

Abramoff narra cómo él mismo creaba leyes confusas que eran sometidas por ‘sus políticos’ al congreso. Y dado a que, “los miembros del congreso no leen las propuestas de leyes” que se les presentan, sino que basan su decisión en la explicación que se les da sobre las propuestas; estas generalmente terminan siendo aprobadas.

Únicamente el director de los comités sabe lo que realmente implican esos proyectos de ley que se someten al congreso.

De esta forma, Jack logró que pasaran muchas leyes y que la compañía que representaba lograra grandes ingresos causados por dichas aprobaciones.

Esto no es un caso aislado. Es el pan de cada día en oficinas gubernamentales. Las empresas crean leyes. Dan dinero a las campañas políticas de ciertos congresistas. Les piden que sometan sus leyes como propias y al final todos resultan contentos. Todos, menos el resto de la poblacíon.

Desgraciadamente para Abramoff, la enmienda absurdamente llamada “Citizen United” (Ciudadanos Unidos) no existía en ese entonces.

Cuando se descubrió lo que hacía -ya en ese entonces era algo bastante común- un juzgado le consideró culpable de corromper a funcionarios públicos y terminó siendo enviado a prisión. Además se le prohibió que volviera a ejercer cualquier actividad dentro de la política al terminar su condena.

Suena como una historia con final feliz, ¿no?

Pues no. Y es que allí no termina. Todo lo contrario, esta historia ha degenerado de tal forma que hoy día, tanto los relacionistas de grupos de presión como los políticos están protegidos por la constitución, y estas cosas que en el pasado eran ilegales, hoy son completamente legales gracias al fallo del juez de la Corte Suprema de Justicia que decidió era completamente legal.

Vaya forma de envilecer la carta magna que en el pasado garantizaba igualdad y libertad para todos.

Y es que… ¿Cómo puede competir un ciudadano regular que desea leyes mas justas contra una corporación que envía dinero a políticos para favorecerle a ella. Es imposible.

Las necesidades de las corporaciones siempre van a tener prioridad en ojos de los políticos. Esto nos deja a usted y a mí a merced de las decisiones de otros que ni nos representan ni nos consideran realmente a la hora de tomar un cargo público.

Mándenos sus comentarios a rmsandoval@live.com

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