Skip to content
Grupos de inmigrantes marcharon por las calles de Columbia como protesta contra la aplicación de la ley SB20.
Grupos de inmigrantes marcharon por las calles de Columbia como protesta contra la aplicación de la ley SB20.
Author
PUBLISHED: | UPDATED:

Mi esposa me platicaba que en su clase de Desarrollo Infantil, les pidieron hacer grupos y comentar sobre las diferencias entre culturas en cuanto a la crianza de los hijos.

La primera en tomar la palabra fue una muchacha afroamericana que, de forma bastante contenciosa, hizo comentarios negativos que ni venían al caso acerca de los hispanoparlantes, y remató preguntando a mi esposa: ¿o no es así?

En medio de esta crisis económica y la alta taza de desempleo, se ha hecho notorio el clima antiinmigrante en el país.

Es conocido como el tema de la inmigración ilegal es utilizado periódicamente por políticos y medios de comunicación que nos culpan por la falta de trabajo.

A mí me causan gracia esos argumentos.

Como ya se ha dicho tantas veces, la gran mayoría de trabajos que ocupan aquellos que carecen de documentos que les permita trabajar legalmente en este país, están en el nivel más bajo dentro de la gama laboral.

Son trabajos poco deseados, poco remunerados y por lo tanto, evadidos por aquellos que teniendo documentos, pueden buscar mejores oportunidades.

Los trabajos que en realidad se están perdiendo y que amenazan inclusive a un servidor, son aquellos que las grandes corporaciones exportan a otros países.

¿Acaso le ha pasado que llama a alguna empresa y la persona que le contesta tiene un acento extranjero bastante marcado? Y si pregunta de donde le están contestando, quizá le respondan que de la India, o inclusive hasta de China.

Las corporaciones exportan empleos para pagar salarios mucho más bajos de los que pagarían aquí, además de que en aquellos países, la ley no les obliga a brindar las mismas prestaciones que en territorio nacional, y sobre todo, se les cobran menos impuestos.

La globalización de la economía es algo que solamente les beneficia a estas compañías. Los perjudicados somos los que, para buscar otro trabajo, debemos competir además con personas que ni siquiera radican en Norteamérica.

A ningún político le conviene que se hable de lo que pasa realmente en el país.

Aquellas empresas que menciono, son al fin y al cabo, las que patrocinan sus campañas.

Pero resulta bastante fácil manipular los prejuicios de la gente y hasta crear un ambiente de intolerancia, lo cual, en un país de la naturaleza de Estados Unidos que ha sido forjado por inmigrantes de toda índole, debería ser ya un mal erradicado.

Mientras que la enfermedad de la intolerancia persista, es necesario mantenernos informados. Esa es la mejor vacuna para defendernos y educar a las generaciones venideras hacia un clima de entendimiento intercultural.

Mándenos sus comentarios a rmsandoval@live.com