Usted podrá ser ateo, creer en Buhda, Krishna, o en los OVNIs si así lo prefiere. Pero si una cosa es innegable acerca de las tradicionales iglesias en EE.UU., sobre todo las denominadas cristianas -católicas y protestantes-, es que aportan un gran servicio social a la comunidad, no solo tratando de infundir en sus congregantes un espíritu comunitario y un amor hacia al prójimo -lo cual pueden o no lograr de acuerdo al nivel de compromiso personal de sus creyentes-; sino también, proveyendo a los desvalidos con comida y ropa en la medida de sus capacidades.
Tocante a esto, recuerdo aquellas palabras bíblicas que rezan, “me viste hambriento y me diste de comer, me viste sediento y me diste de beber, me viste desnudo y me cobijaste…”
Si no existieran iglesias que al menos traten de dar respuestas materiales a problemas como la pobreza; la doctrina que intentan enseñar se convierte en algo insípido, irrealizado, absurdo… o dicho de otra forma, es como una fe sin obras.
En California y en todo el país, las iglesias cristianas suministran de alimento y vestido a necesitados; aunque con recursos limitados.
Por su parte, el poder legislativo de la nación, buscando hacer recortes de más de $169 mil millones de dólares a programas de ayuda suplementaria (SNAP en inglés); pretenden apoyarse totalmente en las iglesias en este tipo de labores sociales.
Algunos representantes inclusive han llegado a argumentar que el dar de comer a los que tienen hambre es realmente labor de las iglesias.
¿Qué?
Comprendo que la economía esté arrastrándose aun por salir del hoyo y que de algún lado tiene que salir el dinero para cubrir el déficit existente; pero por ejemplo, ¿por qué aun no se ha reincorporado el impuesto a los ricos -cosa que fácilmente pueden pagar- en lugar de castigar al pobre, quitándole beneficios que no puede sufragar por sí solo?
Estoy también de acuerdo en que es mejor enseñar a pescar que regalar pescados, y es aquí donde de igual manera, el estado tiene una obligación. El brindar entrenamiento a aquellos que no poseen una especialización es una de las cosas indispensables para que una economía en problemas emerja nuevamente.
Pero en lugar de eso, muchas grandes compañías no solo fueron rescatadas de la quiebra con ayuda del erario público, sino que todas gozan de un perdón a sus impuestos, mientras que los legisladores republicanos buscan hacer recortes a programas de entrenamiento dentro del programa de desempleo que solo afectan a los mas vulnerables.
Tal parece que el sentido común de nuestros políticos hubiese desaparecido y que por eso nuestro mundo hoy día estuviera al revés.
En el presente, más de 46 millones de estadounidenses dependen del SNAP para poder llevar el pan a su mesa, mientras tanto, en todo el país, solo existen 335,000 congregaciones religiosas.
Que alguien me explique, ¿Cómo es que 335,000 iglesias pueden proveer a 46 millones de necesitados?
Lo que nuestros legisladores pretenden no solo no es posible, sino que sobrepasa las fronteras del absurdo.
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