Suponga que usted y yo pudiéramos “ayudar” a la campaña de un candidato aportando grandes sumas de dinero para asegurar su victoria electoral.
Usted me preguntará:
¿Y yo para que querría hacer eso? ¿Qué no es suficiente con votar y ya?
De hecho, hoy en día, aquellos que tienen grandes presupuestos y los usan para respaldar campañas políticas son los que definen el futuro del país.
Olvídese de los tiempos en los que grandes corporaciones enviaban gente para comprar políticos, todo “bajo el agua” o en secreto, para no correr el riesgo de ir a la cárcel por soborno y corrupción de un oficial del gobierno.
Corrupción política, según la Wikipedia, “es el mal uso público (gubernamental) del poder para conseguir una ventaja ilegítima, generalmente secreta y privada.”
Vaya, quitémosle a la definición las palabras “secreta” y “privada”, puesto que la corrupción política es ahora algo legal.
El cinismo político llegó a su máxima expresión cuando la ley llamada “Citizen United” o “Ciudadanos Unidos” fue incorporada en las prácticas legales de Norteamérica contraponiéndose a la constitución.
Dicha ley permite que una corporación o un sindicato aporten dinero a campañas políticas.
Tal vez no vea usted ningún problema en ello; pero como decían ‘los grandes’ cuando era yo niño aun: “nadie hace nada de a gratis”.
Si una empresa poderosa apoya monetariamente la campaña de un congresista, senador, gobernador, etc., lógico es pensar que lo hace a cambio de algo.
Y es que en efecto así es.
Las empresas buscan generar ganancias mayores cada año, y una forma de asegurarse de ello, es que políticos y leyes les sean favorables. Es por eso que contribuyen dinero a campañas, inclusive haciéndolo simultáneamente con partidos opuestos sin que se sepa a quién contribuyeron, lo cual muestra la hipocresía de dicha ley.
Es claro que usted y yo no tenemos la capacidad económica que tiene una gran empresa. Entonces, a fin de cuentas, ¿a quién piensa que se va a inclinar la balanza de la benevolencia política cuando un candidato llegue a hacer toma de su puesto en el gobierno?
“Ciudadanos Unidos” es obviamente un eufemismo que encubre lo opuesto; esta ley va justamente en contra del ciudadano común.
El pasado 24 de junio, la corte suprema de la nación, teniendo oportunidad de revocar dicha ley no lo hizo. Ahora esa legislación es modelo para el resto del país.
Mientras, en estas elecciones, se ha roto el récord en gastos y contribuciones a campañas electorales.
Ya existen inclusive campañas de organizaciones progresistas que buscan hacer colectas públicas para apoyar candidatos demócratas, ya que los republicanos, de más esta decirlo, están siendo apoyados por corporaciones. Entonces resulta que ahora también nosotros debemos entrar en la subasta de políticos para aspirar a tener una representación real en el gobierno.
Leyes como “Citizen United” muestran lo peor de un país que se ha ido a un extremo de capitalismo radical, poniendo el destino y el bienestar de la nación en las manos de intereses privados.
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