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Estudiantes hispanos universitarios.
Estudiantes hispanos universitarios.
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Idiosincrasia es definida en el diccionario de la RAE como los “rasgos, temperamento, carácter, etc., distintivos y propios de un individuo o de una colectividad”. Suena suficientemente simple; pero se torna complejo cuando el tema de estudio es algo tan extenso como la cultura latina. ¿Como definirla?

En esta ocasión, simplemente hago un viaje interior hacia aquello que me formó como individuo dentro de esta gran gama de aquello que se conoce como latino.

Aunque para empezar, vale la pena mencionarlo, lo latino en Estados Unidos es visto de forma bastante simplista. Existen inclusive americanos que piensan que todos los que hablamos español o tenemos rasgos mestizos somos mexicanos -¡es verdad, hay unos cuantos por allí!

La ignorancia y la pereza intelectual podrian ser causantes de ideas tan absurdas como esta.

El mirar culturas tan ricas y tan variadas de un grupo como este al que pertenezco no solo en términos de costumbres; sino hasta de variedad de razas y castas, hace al llamado grupo “latino” uno bastante dificil de explicar.

Por mi parte, puedo decir que mi visión propia como mexicano la he adquirido obviamente a base de experiencias personales, siendo oriundo de la ciudad de México; esa ciudad gigantezca, llena de tal energía que en ocasiones parecería que se tornara caótica por la inmensa multitud que alimenta constantemente su inflamada demografía.

Y ya que toqué el tema demográfico, un aspecto muy importante de la ciudad donde nací es la diversidad de sus habitantes, la cual podría compararse un tanto con de la ciudad de Los Angeles, donde radico actualmente y en donde también confluyen muchos tipos de nacionalidades.

El cosmopolitismo del capitalino mexicano se abre y se crece con el recibimiento de ideas exteriores y la interacción ineludible con visitantes de distintas regiones, no solo de la república mexicana, sino del mundo entero.

Es por eso que en el Distrito Federal, uno puede fácilmente encontrar tipos de personas bastante diversos. Por ejemplo, refiriéndome específicamente a gustos musicales; menciono a aquellos que se deleitan escuchando ritmos bastante populares como la cumbia y la salsa; hasta los que prefieren escuchar a artistas como Björk, Caetano Veloso, Elizee o Silvio Rodríguez.

Un ejemplo de ese sincretismo vivo en la gran capital azteca fue Juan José Calatayud, a quien un par de años antes de su muerte, mirara yo tocar justamente en un festival del barrio de San Angel en la ciudad de México.

El fue un pianista capitalino que cultivó el Jazz y que viajó a festivales internacionales, alternando con las grandes figuras de este género, cuyas influencias son mayormente afroamericanas.

El sincretismo de la ciudad

Auque generalmente la clase media en cualquier lugar del mundo es la impulsora de la cultura y las tendencias; en la ciudad de México, la cultura llega de todos lados.

Aquellos inmigrantes llevan algo de su lugar de origen, ya sean nacionales o extranjeros.

Es todo esto lo que hace que el D.F., como se le nombra generalmente, sea una ciudad cosmopolita por excelencia.

Es por eso que al emigrar a Los Angeles, existía en mí por un lado el reencuentro con lo conocido, aunque por el otro, el choque innevitable entre mi visión particular de mexicanidad con la visión Hollywoodezca de esta, que por una parte, nos digiere mejor en la forma de jardineros, meseros, agricultores, y por la otra, con connotaciones bastantes negativas, nos muestra como pandilleros, corruptos, o prostitutas; o simplemente mediante la imagen de alguien no tan sofisticado tanto en gustos como en ideas.

Este mes de la hispanidad, no solo es una oportunidad de mostrar esa gran gama que somos como “latinos” con nacionalidades y costumbres distintas, unidos por una lengua expansiva, con las variantes de su uso en cada país y localidad. Es también una excusa de deleitarnos en ese inmenso orbe generado por nuestro mestizaje, expresado en música, en color… en arte en general; y sí, en orgullo por esta identidad que no conoce nacionalidades ni se amedrenta o se dobla frente a los prejuicios.

Mándenos sus comentarios a rmsandoval@live.com

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