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En los estudios de Criigen, las ratas hembras que consumieron transgénicos desarrollaron tumores cancerígenos mayormente en la zona mamaria.
En los estudios de Criigen, las ratas hembras que consumieron transgénicos desarrollaron tumores cancerígenos mayormente en la zona mamaria.
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Por fin, una respetable organización independiente hizo un estudio de larga duración sobre las semillas transgénicas y el pesticida usado para cultivarlas (Roundup). Este estudio se dio a conocer hace casi dos semanas y confirmó lo que tanto se temía: su consumo genera muy altas probabilidades de contraer cáncer, entre otras cosas.

El problema es que mucha gente todavía ignora todo acerca de estas semillas. Y no es de extrañarse, porque a pesar de los esfuerzos de organizaciones activistas, esta información vital no esta siendo puesta en las etiquetas de miles de productos que compramos diariamente en los supermercados.

El maíz transgénico o maíz GM es usado como tal o transformado en jarabe de maíz con alto contenido de fructosa (endulzante) en productos tan variados como salsa catsup, cereales, refrescos de soda, galletas, aderezos, dulces y caramelos… etc.

Este maíz también es usado para alimentar a vacas, aves y ganado porcino que después irán a parar a nuestra cocina.

Solo aquellos productos certificados como orgánicos no presentan dicho ingrediente.

En este mes de noviembre, si es aprobada la Proposición 37, se facilitará que el uso de transgénicos en los alimentos procesados sea expuesto en las etiquetas. Aunque en realidad, el problema real no radica en la falta de información en las etiquetas.

La cuestión central de todo este debate acerca de el derecho a estar informados es básicamente: qué es lo que se hace con esa información una vez que se conoce.

Digo, usted puede elegir no comprar cientos de productos una vez que sabe que contienen un veneno lento.

Pero, por otro lado, ¿por qué no estamos haciendo nada porque se prohíba el uso de transgénicos?

Una propuesta como la mencionada, aunque es algo positivo por lo cual debemos votar, es también insuficiente.

En varios países se ha prohibido ya el uso de los organismos genéticamente modificados o trangénicos. Rusia ya hizo lo propio, suspendiendo la importación de este tipo de maíz hace apenas unos días.

Mientras en este país, parecemos estar bastante retrasados en el proceso de sacar todo veneno de nuestra comida.

El estudio de CRIIGEN

El estudio fue publicado el 19 de septiembre y llevado a cabo por el Biólogo Molecular, el Profesor Gilles-Eirc Seralini de la universidad francesa de Caen, apoyado por CRIIGEN, una organización independiente, y demuestra justamente que estas semillas “manufacturadas” son un peligro real para nuestro organismo. Ni mas ni menos.

En dicho estudio, se descubrió que consumir maíz genéticamente modificado puede causar tumores y daños en órganos múltiples, y obviamente, muerte prematura.

Vale la pena mencionar que esta investigación se realizó sobre ratas de laboratorio no por tres meses solamente, como se hace en los estudios regulares usados por empresas como Monsanto para asegurar que sus semillas son inofensivas para el ser humano.

CRIIGEN llevó a cabo este estudio alimentando a dos grupos de ratas por dos años, uno con maíz regular y el otro implementando además un 11% de maíz GM y agua con una billonésima parte del pesticida usado para los plantíos transgénicos.

Dicha investigación demostró que tres meses no son suficientes para tasar el riesgo de los alimentos transgénicos. Después de los cuatro meses, las ratas que consumían maíz de Monsanto, comenzaron a presentar tumores, daños a diversos órganos de los roedores, y finalmente, gran cantidad de muertes prematuras.

Sobra decir que las ratas alimentadas con maíz regular no sufrieron daño alguno por su comida.

A pesar de todo esto, dicha información esta siendo pobremente mostrada por los medios.

¿Pensarán acaso que esto no es de nuestro interés?

Probablemente, las compañías lideradas por Monsanto han logrado comprar el silencio no solo de los noticieros, sino también de nuestros políticos.

En los Estados Unidos, existen otras variedades de plantíos transgénicos además del maíz que terminan siendo usados para consumo humano. Estas incluyen frutas, verduras y otras semillas genéticamente modificadas como:

– Soya

– Trigo

– Papa

– Ciruela

– Papaya

– Azúcar de remolacha

– Melón

– Tomate

– Achicoria

– Calabaza o Squash

– Semilla de Colza

Mándenos sus comentarios a rmsandoval@live.com

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