Ha sido mucho lo que se ha dicho acerca de las proposiciones que en estas elecciones están en juego.
Una de ellas, la Proposición 37, la cual permite etiquetar los alimentos procesados que contengan transgénicos entre sus ingredientes, es una de las que más nos afecta, puesto que es acerca de lo que comemos.
Muchos estudios independientes han sido llevados a cabo en los que se comprueba que el consumo de transgénicos puede producir hasta cáncer en el ser humano. La Proposición 37 solamente obligaría las empresas a poner en la etiqueta si su producto contiene transgénicos.
Ya en el presente, alrededor de 60 países han dicho si a medidas similares. Inclusive han prohibido la venta de productos transgénicos. La gente en esas naciones puede hoy decidir qué es lo que come.
Es increíble que en este país, el cual generalmente lleva la vanguardia en muchas cosas, las grandes corporaciones intenten frenar una medida que no solo tiene sentido y lógica, sino que es un paso en la lucha por proteger nuestros alimentos de la adulteración impuesta por métodos científicos, hechos solamente para abaratar procesos de producción.
Es verdad que también abarata los productos que llegan a nuestras mesas; pero ¿a qué precio?
Una agencia estadounidense como la FDA (Agencia de Alimentos y Fármacos en inglés) debería afrontar su responsabilidad, puesto que ha aprobado muchísimos productos que han estado bajo estudios subjetivos y dudosos, ya que fueron hechos por las mismas compañías que pretenden vender dichos productos.
No solamente en la aprobación de alimentos ha cometido “errores” la FDA, sino también en las vacunas y los fármacos que son vendidos en el mercado y que se han retirado después de causar daños a la población, esto después de haber sido aprobados por la mencionada agencia.
El caso de la Thalidomida fue el peor escándalo de todos los tiempos. Gracias a esta droga tranquilizante, 10,000 niños nacieron con piernas o brazos malformes, o sin ellos en las décadas de los 50 y los 60.
La empresa, generó deformidades, daño nervioso, 90,000 abortos aprox., etc., pero ocultó los resultados por las buenas ventas de su droga, sobornó agencias y presionó críticos para que la favorecieran, fue así que logro mantenerla a la venta a pesar del peligro que representaba. Tiempo después, Chemie Grünenthal, la empresa culpable, fue obligada a pagar $28 millones para un fondo para víctimas de su producto, y le fue dada inmunidad legal permanente.
Hace solo unos meses y después de 5 décadas, Chemie Grünenthal pidió perdón, y para mostrar que realmente lo sentían, hicieron una pequeña estatua simbolizando a todos los que, ahora en su etapa adulta, siguen sufriendo por su avaricia y la poca ética de la FDA.
Este es solo un ejemplo de tantos. El problema es que la gente olvida muy pronto, y es por eso que la historia se repite una y otra vez
Hoy en día, los alimentos transgénicos contienen genes animales y pesticidas dentro de su DNA. Algo totalmente contra natura. La FDA ha dicho que son seguros para su consumo. ¿Tendrán que pasar años para darnos cuenta que no es así?
Espero que no. La confianza puesta en la FDA es bastante inmerecida.
Es por eso que la Proposición 37 busca darnos a saber qué productos contienen transgénicos. Solo así podremos decidir adecuadamente si queremos consumirlos o no.
Vote a favor de la Propuesta 37.
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