El nombre de la nota lo tomé prestado de una frase común entre productores de música. La traducción literal es “combate los pre-ajustes”; con lo cual los productores veteranos instan a los novatos a experimentar en sus grabaciones, a darles originalidad y no contentarse con usar los ajustes pre-programados que solo pueden producir música genérica.
Esta es en realidad una frase que podría enmarcarse en distintas facetas de la vida de cualquier persona. Algo así como oponerse a los estándares marcados socialmente por otros. Y no me refiero a hacerlo de forma anárquica, descalificando todo lo hecho hasta ahora. Más que nada, es esa búsqueda individual de cada cual para hallarse asimismo a la que hago referencia. Una búsqueda que debería estar respaldada por la educación académica que recibimos. Pero no es así
Aunque por un lado vivimos en una sociedad en la que se premia la creatividad y se alaba la autenticidad, por el otro, no se nutren en realidad dichos aspectos en el ser humano moderno.
Cada niño debe tomar los mismos cursos, repetir las mismas palabras aprendidas, explorar los mismos caminos y aunarse a la búsqueda de un porvenir marcada por las posesiones y las posiciones. Y la escala en la posición social es sin duda la máxima meta. Para ello, la mayoría deberá seguir patrones bastante probados y conocidos ‘si quiere llegar a tener el tan deseado éxito’.
Vidas “pre-programadas”
Uno de esos ‘pre-ajustes’ es aquel bastante conocido y escuchado por todos, aquel sobre terminar una carrera, trabajar duro, comprarse una casa, cosechar triunfos, etc. Este, se confronta en la balanza con la búsqueda del máximo encuentro: el personal, el cual produce incertidumbre; pues el camino que cada quien debería seguir no está trazado aun.
Esto viene de un servidor, que a su vez, está en esa peregrinación personal y espiritual de la que habla ahora.
Mas no pretendo con esta nota iniciar un curso de superación personal. Más allá de esto, lo que busco es poner el dedo en el renglón sobre lo insípida e ineficaz que es en realidad la educación institucional que hemos recibido hasta ahora.
Y es que el formar nuevos individuos que el día de mañana puedan hacer un aporte positivo a nuestras vidas no se logra solamente con hacerles aprender ecuaciones, historia, geografía… ¿me doy a entender?
La noción de la educación moderna es que los valores son enseñados en la casa. Esto tendría sentido si aquellos que pretenden enseñarlos fueran expertos en la materia; aunque desgraciadamente no es así.
No es que trate de menospreciar el trabajo de los padres que buscan educar a sus hijos de la mejor forma posible; sino todo lo contrario, lo alabo; sobre todo porque con escasas herramientas, muchos logran forjar buenos hombres y mujeres. Y es que en realidad, todo lo van aprendiendo a base de errores y aciertos. Y nosotros y nuestros hijos, estamos destinados a continuar ese mismo sendero.
Transformando el paradigma
Un cambio radical en la forma de educar de nuestras escuelas debería ser no solamente necesario, sino imprescindible. Como ya he dicho en otras columnas, está comprobada ya la ineficacia de nuestro sistema educativo. El axioma presente de la educación que nos fue heredado durante la revolución industrial no aplica ya. La vida evolucionó desde entonces, mas sin embargo, seguimos teniendo los mismos programas educativos de hace 200 años. Es necesario crear un nuevo paradigma, una nueva forma de hacer las cosas que se ajuste a los tiempos.
Ese botón de pre-ajuste del que hablaba al principio, es apretado hoy en día por cada individuo que es educado en nuestras escuelas, lo cual dificulta su desarrollo individual real. Y la verdad es que los talentos y los intereses que deberían desarrollarse desde muy temprana edad, no logran hacerlo sino hasta la edad adulta, esto gracias al sistema educativo del presente. Los rasgos fundamentales de la personalidad de un individuo se forjan en la niñez, mas sin embargo, la inmensa mayoría de nuestros niños desarrollarán dichos rasgos mayormente durante la adolescencia o después de esta, cuando ya su capacidad óptima de aprendizaje ha comenzado a mermar.
Por otro lado, en cuanto a los valores de nuestros niños en el presente, estos parecen estar siendo dictados más por los medios de comunicación y las campañas de márquetin que por sus propios padres.
Es necesario un nuevo tipo de enseñanza que encauce a sus discípulos a lograr su máximo potencial, tanto en lo personal como en lo profesional. Solo una educación individualizada, una que logre plantar un civismo verdadero, un sentido comunitario y un desarrollo de la personalidad, es capaz de crear el tipo de personas que en nuestro mundo actual son tan necesarias.
Y es que nuestra era, es una de múltiples y grandes retos, es por eso que se deben “combatir esos pre-ajustes” educativos que hoy en día, ya no ofrecen solución alguna.
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