La metamorfosis que experimentó este país de un tiempo para acá se ha venido dando lentamente y es imparable.
La diversidad hoy en día no solo moldea el rostro de la nación, lo recrea.
Este país, en donde los latinos formaban una de tantas minorías hace años, es ahora escenario de una nueva noción. La comunidad latina ha crecido. Su poder ha crecido.
Y ese poder se hizo factible sobre todo en estas últimas elecciones presidenciales, en las cuales el voto latino fue de vital importancia para que Obama consiguiera una segunda victoria electoral.
Y es que no solo el incremento en la población -88 millones más de gente- causó este suceso. Los movimientos sociales anti-inmigrantes desataron una acción en las urnas sin precedentes por parte de la población hispana.
Los políticos se dieron cuenta del error tan grande que constituye ignorar el poder de la voz de una minoría que ahora, es la más grande en el país; inclusive sobrepasando a la afroamericana.
La minoría hispana, representa actualmente un tercio del total de la población en los Estados Unidos. Este es un hecho que Mitt Romney, el entonces candidato, pareció ignorar y el cual le costó su lugar en la silla presidencial.
Según un análisis de las elecciones, Romney ganó una gran ventaja entre la población anglosajona, pero subestimó a las minorías negra, asiática e hispana; grupos que Obama ganó para su causa en un 80%.
El resultado final en las elecciones produjo un gran shock a nivel nacional en los votantes republicanos.
Gracias a esto, hoy en día se están trabajando dos planes -uno del senado y otro del presidente Obama- para legalizar a inmigrantes sin documentos viviendo en los Estados Unidos. Se espera que haya votaciones para dicho plan en marzo. Este es un cambio radical por parte de los políticos, sobre todo republicanos, que ahora temen los efectos negativos para su partido si frenan nuevamente una reforma migratoria.
Inclusive en Arizona, el estado que comenzó esta lucha legal anti-inmigrante que se fue expandiendo como reguero de pólvora alrededor del país, “ha suavizado su retórica anti-inmigrante ante la obviedad del peso del voto hispano”, esto según Bill Straus, de la Liga Antidifamación (ADL) en Arizona.
Otros factores de cambio
El aumento hispano en la población y en su influencia en los sufragios no fue todo lo que cambió en Norteamérica. La recesión nos trajo también una serie de variaciones bastante aparentes en el resto de la población.
Por la débil economía del presente, la gente hoy en día está aplazando matrimonios, teniendo menos hijos, viviendo en casa de sus padres a mayores edades, etc. Pero no todo es malo, de igual forma, mucha gente joven está también regresando a la escuela por la misma causa. Esto es notable sobre todo en las mujeres. Más de la mitad de los doctorados son obtenidos por ellas y obviamente lel número de mujeres con mayores ingresos ha incrementado quantitativamente. Y por el lado de la longevidad, ni se diga. Según el censo, la cantidad de gente que llega a los 100 años de edad ha incrementado en un 5.8%.
Otro factor curioso es que la mayoría de ancianos o gente en edad productiva está viviendo en el sur y el oeste del país. La mayoría de niños y jóvenes en el norte y el este.
Entonces, menos matrimonios, menos niños, más ancianos. Más adultos viviendo en casa de sus padres y regresando a la escuela. Todo esto, en menos de una década…
Todos estos cambios se están dando a pasos agigantados. El rostro de la nación es hoy en día, el de la frugalidad, el de la longevidad, pero sobre todo, el de la diversidad, de eso ya no queda hoy duda alguna.
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