Muchas cosas han podido ser cambiadas por el uso de campañas de internet para juntar firmas en contra de distintos temas. Sitios como Change.org, Moveon.org entre otros, han aportado a la sociedad un valioso instrumento para hacer un activismo extensivo, y con esto, hacer que sus voces ser escuchadas.
Uno de esos últimos cambios fue que periódicos como el New York Times y la agencia de noticias AP se comprometieran a dejar de usar el término “ilegal” gracias a la campaña “Stop using the word ilegal to describe human beings” (“basta de usar la palabra ilegal para describir a humanos “).
Helen Chavez, viuda del legendario activista César Chavez, fue justamente la que iniciara dicha campaña en MoveOn.org, pudiendo juntar con esta alrededor de 51,000.
Por su lado, Jose Antonio Vargas, un periodista filipino que ganó el premio Pullitzer, también ayudó a pavimentar el camino gracias a su ensayo ganador donde se declara indocumentado y reta a la opinión pública a “definir lo que es un Americano”, además de que inició junto con otros la campaña “Drop the i-word” (“deja de usar la palabra con i”), refiriéndose justamente a la denigrante palabra.
Esto podría parecer de poca importancia para muchos, pero no nos equivoquemos. La forma en que alguien es tipificado tiene gran efecto en como ese alguien es percibido por el resto de la gente. Un adjetivo tan negativo como “ilegal” denota criminalidad en el trasfondo y es no solo dañino, sino injusto. Uno podría sorprenderse de cuanta gente ha volcado su opinión en forma negativa en contra de los inmigrantes indocumentados a causa de esta simple palabra.
Y es que la elección y el uso de una palabra es importante, porque a base de repetirla, una impresión, buena o mala, queda grabada en el subconsciente masivo. El website colorlines.com muestra el siguiente texto al respecto: “El agravio racialmente cargado y terminos relacionados confunden el debate sobre inmigración, alientan la violencia y no reflejan mis valores.” Pero mientras el uso de una simple palabra puede tener tanto poder; la acción de la gente afectada, su oposición pública, y sobre todo, su unión, pueden lograr mucho más.
Este simple cambio tomó casi tres años de activismo por parte de muchas personas, y el hecho que triunfe justamente cuando está sobre la mesa un plan de reforma migratoria que podría sacar de las sombras a millones de personas es algo muy positivo.
Nadie más que uno mismo tiene derecho a definirse. La prensa muchas veces, hace uso del poder que tiene de moldear la opinión pública -como lo hizo en este caso- y pareciera que lo hiciera en forma maliciosa. Pero el hecho de que diarios tan importantes como el New York Times y la agencia noticiosa API corrijan una forma prejuiciosa de expresarse y que eso haya sido gracias a la acción de gente involucrada, es bastante alentador.
El silencio puede ser tomado como asentimiento, por eso, la voz de aquellos que votamos en protesta, no solo se dejó oír, sino que hoy ha sido escuchada.
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