Posiblemente haya escuchado en algún lado la noticia de que las colonias de abejas están desapareciendo rápidamente alrededor del mundo. El hecho puede sonar de poca importancia, es decir, después de todo son solo insectos. Aunque, por otro lado, tal vez cambie de opinión si le digo que estos insectos son los que mayormente causan que las plantas se reproduzcan a través del fenómeno llamado polinización.
Se considera que solamente en EE.UU., $15 billones de distintos plantíos son polinizados solamente por las abejas. Esto representa un tercio del total del consumo en este país.
Visto desde esta perspectiva, el problema cambia. Si las abejas desaparecen, prácticamente podríamos perder un tercio de nuestros recursos alimenticios. Si en el presente el país está sufriendo aun una crisis económica, sería bastante duro el solo imaginar una crisis alimenticia. Y este sería el efecto, pero, realmente, ¿que está causando la desaparición mundial de las abejas?
Entre los culpables están los insecticidas y las plantas genéticamente manipuladas que contienen pesticidas dentro de sí mismas. Estos pesticidas son regularmente usados en plantíos de cereales, algodón y vegetales.
El uso de neoticotinoides para controlar las plagas en distintos tipos de plantaciones juega un papel importante dentro de la incipiente desaparición de insectos tan benéficos al hombre como las abejas.
Muchas de ellas presentan confusión al entrar en contacto con estos plaguicidas y nunca regresan a sus colmenas, otras simplemente sufren una muerte irremediable.
Una semana atrás, la unión europea suspendió el uso de pesticidas neoticotinoides por dos años puesto que encontraron que los estudios patrocinados por las mismas compañías que producen los mencionados pesticidas, eran deficientes y erróneos. No hay gran sorpresa en esto. Solo al hacerse estudios independientes, se logró demostrar que esos productos, supuestamente “seguros”, no lo eran tanto.
Los europeos parecen estar en la vanguardia cuando se trata de la protección de la salud y la comida. Mientras, en EE.UU. y Latinoamérica, información de esta relevancia rara vez tiene tanta atención dentro de los medios de comunicación, por lo tanto, la gran mayoría de gente no llega a enterarse de lo que sucede.
Y lo que sucede es que en América terminamos usando todo aquello que ha probado ser dañino y ha sido ya vetado en otros países. Un ejemplo de esto es el consumo de alimentos genéticamente modificados (GMO en inglés). De la misma forma que con los pesticidas, un estudio independiente en Francia, echó por tierra los estudios pagados por empresas como Monsanto que tildaban sus productos como seguros. Demostraron ser dañinos, generando cáncer en ratas de laboratorio.
Sin embargo, en EE.UU. continuamos consumiendo transgénicos y llenando nuestros campos con pesticidas dañinos. ¿Cuándo fue que dejó de usarse el sentido común en este país?
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