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Es algo muy sabido que este país se mueve por el crédito. “Los préstamos bancarios son los que dan vitalidad a la economía”, le podría decir un corredor de bolsa en Wall Street. ¿Pero qué sucede cuando esos préstamos generan intereses que resultan fuera de proporción?

Tomemos por ejemplo los continuos préstamos que el gobierno ha hecho a los bancos para recuperarse de una crisis que ellos provocaron. Las instituciones bancarias, recibieron dinero de la reserva federal estadounidense, con una tasa bajísima del 0.75%.

Mientras tanto, cualquier estudiante que tramita un préstamo para poder sostener su educación, hoy en día tiene que pagar un 3.4% de intereses. Suena bastante desproporcionado, ¿no cree?

Pero por si esto no fuera bastante, desde el 1ro. de Junio del presente año, esos intereses sobre préstamos estudiantiles aumentarán a un 6.8%, o sea el doble.

El gobierno argumenta que le resulta muy caro al país cobrar un interés inferior. Mas sin embargo, los bancos siguen pagando el mismo 0.75%.

¿Será que los estudiantes no tienen cabilderos en Washington para sesgar políticas, cambiar leyes, o en este caso, hacer que el gobierno castigue a otros por culpas ajenas?

EL PROBLEMA DE LOS INTERESES

Cuando se trata de intereses sobre préstamos, muchos perdemos el hilo de la conversación. Como decía un amigo, “si hiciste un préstamo con intereses, lo mejor es pagar tu deuda lo más pronto posible”. O en otras palabras, hacer los mayores pagos que puedan hacerse para saldar esa deuda.

Y es que si uno hace los pagos mínimos requeridos y la deuda se extiende por mucho tiempo, uno termina pagando posiblemente hasta 3 veces más de lo que adquirió en el préstamo original, y todo por los dichosos intereses. Visto así, la cosa cambia, ¿no? Es que entre más alto el interés, mayor la cantidad final a pagar.

Un estudiante regular, generalmente tiene que realizar trabajos poco redituables para solventar su educación, por eso muchos recurren al gobierno para que este les “ayude” a continuar estudiando.

En resumidas cuentas, las políticas tergiversadas de nuestro gobierno siguen castigando a los más necesitados, mientras que premia a los más privilegiados. Nunca como ahora, fue tan aparente algo así.

Si usted piensa que esto no debería seguir así, le recomiendo que llame a sus representantes políticos y ¿por qué no? que también apoye firmando peticiones como la de moveon.org