La política es como una partida donde generalmente, 2 grupos se juegan el futuro de una generación, de una clase social, o el de una nación. Pero ¿qué hacer cuando un solo grupo hace que se estanquen esos cambios necesarios para que una nación mejore la situación de muchísima gente?
Específicamente me refiero a la inhabilidad de un congreso, liderado por republicanos y conservadores, para aprobar una reforma migratoria que beneficiaría a más de 11 millones de indocumentados trabajando sin permiso en tierra norteamericana.
Hoy en día, cuando una propuesta de ley ha sido aprobada en el senado después de mucha presión por parte de organizaciones cívicas y empresariales, parece estar nuevamente estacionada en el limbo gracias a la necedad de un partido que sigue viendo a los inmigrantes sin documentos como una amenaza, cuando la realidad parece mostrar precisamente lo contrario.
Ya lo he dicho en otras notas anteriores; la base económica de este país es la agricultura, y esta ha sido sostenida gracias a la mano de obra de personas que vinieron a buscar el sueño americano. Claro, sin hacer un trámite burocrático correspondiente al que, en la gran mayoría de los casos, no se les podría incluir; mas por la situación precaria que vivían en su país, ellos y sus familias se vieron forzados a atravesar la frontera exponiendo sus vidas por la carencia de los tan deseados “papeles”.
En un informe divulgado el miércoles, el gobierno dijo que la aprobación de este proyecto de ley podría generar un crecimiento de la economía de un 5,4% en dos décadas y reducir la deuda federal en 3% en 2023. Sin embargo, la xenofobia y la intolerancia absorben lo mejor de nuestros representes en el congreso y les hace darle poca importancia a un problema de primer nivel.
En dicho congreso, se puede decir que John Boenher, el líder de la cámara de representantes es muestra de esa apatía y contravención cuando se trata de llegar a un acuerdo en el tema de la inmigración. Él es el único encargado de convocar al voto, y obviamente, el actual culpable de que dicha votación no haya sucedido aun.
No obstante, este político ha encabezado una serie de votaciones innecesarias en contra de la reforma sanitaria promulgada por Obama que otorgará un seguro universal aun a aquellos que tienen condiciones clínicas pre-existentes y que han sido anteriormente rechazados por esta causa. Dichas votaciones solamente pueden ser simbólicas, ya que la reforma de salud ha sido ya aprobada, y esos intentos de repudiarla son una muestra bastante pueril de rechazo. Pareciera ser que no superan el haber perdido esa dicho pelea, y ahora toman parecen simplemente estar tomando venganza, haciendo todo lo posible porque la reforma migratoria -otra iniciativa demócrata- no llegue a una conclusión como sucediera anteriormente.
Aunque digo esto consciente de que la mencionada reforma dista mucho de ser perfecta. Muchos se inclinan a decir que la verdadera prioridad de esta propuesta de ley es la “seguridad nacional”, erigida a través de un muro y el aumento en la vigilancia fronteriza. Además de que los tiempos propuestos para que un indocumentado pueda llegar a hacerse ciudadano son demasiado largos. Aun así, como dijeran en el país donde nací, “peor es nada”.
Muchos miembros del congreso buscan tomar otra alternativa en lugar de esperar a que Boenher esté de mejor talante para iniciar la tan deseada votación.
Intentan realizar otra votación para que no solo el líder de la cámara; sino cualquiera, pueda presentar la propuesta de reforma para someterla a sufragio. Por engorroso que se oiga esto -una votación para poder realizar otra votación-; por lo visto, es la única forma de lograr acción por parte de nuestros congresistas que hasta septiembre 5, gozarán de unas no muy merecidas vacaciones.
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