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Raúl Martínez-Sandoval is a graphic designer for Excelsior, La Prensa and SCNG.
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Comer frutas y verduras ha sido siempre fomentado por médicos y nutriólogos a través de los años puesto que nos proveen de nutrientes importantes que muy difícilmente podríamos obtener de alimentos industrializados o teniendo una dieta pobre.

Las frutas y los vegetales son en verdad una fuente importante de alimentación, pero sucede que la forma de cultivarlos les adhiere un elemento que nadie querría tener en su mesa: pesticidas.

El Glifosato en particular es un herbicida altamente usado en muchos cultivos, sobre todo en aquellos de proveniencia transgénica como la soya (el cultivo de soya transgénica conforma alrededor del 90% total de soya en EE.UU.).

El problema con dicho herbicida comenzó cuando se pudo comprobar científicamente que este tipo de compuestos resultan bastante tóxicos no solo para las malas hierbas, sino también para el ser humano.

Según estudios publicados en el Centro Nacional de Información sobre Biotecnología (ncbi.nlm.nih.gov), existe evidencia que liga a los glifosatos con malformaciones en fetos y niños. Otro estudio del 2012 demostró que el herbicida en cuestión además causa tumores cancerosos (Seralini et al). Otros estudios independientes más recientes han podido demostrar lo mismo.

Investigadores hallaron en consumidores de frutas y verduras expuestos al herbicida Round Up -cuyo principal elemento es el glifosato- además una reducción hormonal y reproductiva, a la vez que daño celular irreversible, como la enfermedad de Parkinson.

Por otro lado, el incremento de casos de Autismo y de Desorden de Atención e Hiperactividad en niños curiosamente sucedió al mismo tiempo que se duplicó el uso del glifosato sobre los alimentos en EE.UU.

Me pregunto, si tanto daño del glifosato ha sido ya documentado, ¿Por qué es que sigue aun siendo utilizado en todos lados?

Eso es algo que sin duda, la Agencia de Alimentos y Fármacos (FDA) debería responder. Mientras tanto, está en nosotros mismos buscar alternativas a las frutas y verduras regulares.

En lo personal, trato de comer fruta y vegetales orgánicos lo más posible. Actualmente, la cadena de supermercados Ralphs ha implementado productos orgánicos en todos sus departamentos a precios bastante competitivos. Además, Sprouts, Trader Joe’s y otras tiendas departamentales han ofrecido por mucho tiempo este tipo de productos.

Una buena opción es comprar frutas orgánicas embolsadas y congeladas, ya que así se conservan más y estas son ya lavadas antes de empaquetarse.

Aunque si usted es de los que prefiere comer la fruta tal cual, en Trader Joe’s puede encontrar a buen precio, un limpiador natural para fruta y vegetales que remueve químicos y bacterias (algunos químicos no son solubles, o sea que usar agua solamente para limpiarlos no es suficiente), aunque eso sí, los productos trangénicos tienen dentro de sí los pesticidas, no en la cáscara, y estos terminan en millares de productos que también terminamos consumiendo.

Aunque la limpieza es algo que debe abundar tratándose de nuestra comida, hoy en día, el informarse y el ser prudente al elegir nuestros alimentos es algo importante también. Pagar por productos orgánicos es más caro que pagar por productos regulares; pero como ya he dicho antes, es mejor pagar un poco más en alimentos, que después hacerlo en cuentas de hospitales.

Mándenos sus comentarios a: rmsandoval@live.com

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