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La corte suprema de la nación decidió en el caso “McCutcheon Vs FEC” que los limites sobre donaciones a candidatos son ahora cosa del pasado. Así es, según el juez Antonin Scalia, cualquiera puede donar dinero sin limitación alguna por parte del gobierno.
La medida, más agresiva aún que la llamada ley “Ciudadanos Unidos” (Citizen United), llega en un tiempo en el que la llamada democracia, pareciera más un mito que una realidad.
Entre las cortes de la nación, los legisladores y el presidente, han estado cambiando y creando ciertas leyes en la nación en una forma por demás particular.
– En el 2001, el expresidente George W. Bush firmó la llamada ley patriótica, la cual, concede al gobierno poder de suspender los derechos constitucionales de cualquier ciudadano y a la vez le permite espiar a cualquier persona.
– En el 2010, a travez de la ley “Citizen United”, la corte suprema de la nación decidió que las empresas podían donar fondos a campañas, considerándolas como “personas” con derecho para influir en el rumbo político de la nación.
– En el 2012, Obama firma una provisión que confiere a militares el poder de detener a individuos de forma indefinida y sin juicio de por medio, ley que ha sido expandida y vuelta a firmar en este año por el presidente.
– En Marzo del año pasado, el presidente Barack Obama, firmó una ley que entre otras cosas, asegura la permanencia de las semillas transgénicas con inmunidad legal, aun cuando se ha demostrado que producen un daño en el ser humano.
Esta ley fue inmiscuida a última hora junto con otras que iban a ser aprobadas al mismo tiempo y básicamente, prohibe que los condados puedan tener el derecho de decir “no” a los plantíos transgénicos, y hasta el derecho de exigir etiquetas especificando que productos los contienen. Esta medida fue invalidada por el congreso meses después de firmada.
– Por otro lado, en el presente, Obama está tratando aun de que se apruebe a toda costa el Tratado Trans Pacífico. La manera tan poco transparente en que el presidente quiso pasar dichas leyes no hizo más que aumentar las sospechas de su contenido. Como si estuviese seguro que un proceso legal regular no aprobaría un tratado así.
Y no es para menos. Este tratado, entre otras cosas, limitaría la libertad de expresión en internet; restringiría los derechos de los ciudadanos, anulando toda ley que interfiriera con la normativa de dicho tratado; invalidaría la capacidad de cada gobierno de limitar la extracción de gas por causas ambientales; y nos traería productos de dudosa calidad, permitiendo que provengan de países con pobres estándares de calidad. Todo esto solo beneficiaría a las grandes corporaciones y limitaría los derechos de todos los demás.
Eso es a grandes rasgos lo que algunos de nuestros dirigentes políticos han venido haciendo. Y esta última ley (McCutcheon Vs FEC) no hace más que poner un moño en un pastel que solamente han de disfrutar los más poderosos de la nación.
Y es que la cosa es así. Los ricos y billonarios que pueden aportar cualquier suma a una candidatura, no solo pueden influir en la política del país, sino que también, pueden esperar favores especiales de nuestros oficiales públicos, a través de tener acceso inmediato a estos y sobre todo influencia sobre ellos cuando ya han sido elegidos. Claro, esto último, solo es una consecuencia lógica.
En un ambiente así, la corrupción está a la orden del día. Y es este ambiente el que explica que leyes como estas hayan podido o puedan ser posibles.
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