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Energía renovable: nuestro futuro presente
O.K. La cosa es oficial. El gobierno Estadounidense, ahora respaldado por estudios científicos realizados a lo largo de 4 años, va a impulsar su agenda para recortar emisiones de gases que producen el efecto invernadero en los Estados Unidos.
Según este informe, avalado por el presidente Barack Obama y elaborado por más de 300 científicos; “el cambio climático, que una vez se consideró un problema propio de un futuro distante, se ha mudado firmemente al presente”.
Aunque claro está que no necesitamos un informe para darnos cuenta de lo obvio.
Tormentas constantes, ondas de calor, sequias extenuantes, reducción de glaciares en los polos, incremento del nivel marino, etc. son solo algunos de los problemas climáticos que en el presente estamos experimentando no solo en el país, sino a nivel mundial.
Aquellos argumentos que dictaban que si seguíamos al mismo paso, dejaríamos de legado a nuestros nietos una tierra bastante degradada, están ya fuera de lugar.
El momento ya ha llegado. Esta década ha sido la más cálida en EE.UU. desde que a finales del siglo XIX se comenzó a monitorear el clima. Específicamente hablando, la temperatura aumentó alrededor de 1.9 grados Fahrenheit desde 1895.
80% de dicho aumento, comenzó a suceder apenas desde 1970, gracias a un crecimiento industrial acelerado que generó un aumento de gases como el ozono, y el CO2.
El gobierno busca impulsar el remplazo de energías fósiles -provenientes del petróleo, el gas natural, el carbón- por las llamadas energías limpias -solar, eólica entre otras.
Sin embargo, aun con dichos estudios, el reporte ha sido recibido con oposición por parte de republicanos en el congreso, quienes tachan la medida de ser una guerra de Obama contra el carbón, por lo cual han prometido ir en contra de los planes de la Agencia de Protección Ambiental (EPA en inglés).
Según los republicanos, dicho cambio generaría una gran pérdida de empleos. Es curioso que ninguno de ellos se para a pensar que esta medida también generaría nuevos empleos.
El cambio es difícil, no hay duda. Sin embargo, nunca fue tan necesario.
Y es que, ¿de qué nos sirve conservar empleos si estos promueven cosas insostenibles, como el uso continuo del petróleo? Cosas que en el pasado parecían beneficiosas e inofensivas, hoy día, nos están mostrando su otra cara.
Visto de otra forma, esos empleos están destinados a desaparecer si dejamos que la cosa siga igual.
Nuestros tiempos difíciles nos exigen una gestión inteligente de los recursos que la tierra nos provee y no la continuacion con los viejos modelos de explotación acelerada usados hasta hoy. No hay vuelta de hoja.
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