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  • Arranca la Guelaguetza de Oro en Los Ángeles, California (EE.UU.)...

    Arranca la Guelaguetza de Oro en Los Ángeles, California (EE.UU.) el sábado 9 de agosto de 2014. El festival "La Guelaguetza de Oro", fiesta emblemática del estado mexicano de Oaxaca, inició hoy su edición número 27 en Los Ángeles, consolidada como una cita anual clave para esta comunidad mexicana residente en California y que rinde tributo las etnias indígenas oaxaqueñas.

  • La comunidad Oaxaqueña ha sido una de las más denostadas...

    La comunidad Oaxaqueña ha sido una de las más denostadas en México y en Estados Unidos. Fiestas como la Guelaguetza, donde preservan y celebran sus tradiciones, son motivo de orgullo para ellos y una forma de enseñar a las nuevas generaciones el verdadero valor de sus raíces, fomentando la seguridad en los chicos.

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El abuso verbal en contra de indígenas muestra sólo la punta del iceberg dentro de una raza plagada de prejuicios e inseguridades acerca de sus propias raíces: la mestiza.

Oaxaco, jodido, indio pata-rajada, mugroso, naco… ¿Cuántas veces no habremos escuchado estas expresiones mientras vivíamos en México?

Aun cuando cruzamos la frontera, muchas de ellas han seguido plagando nuestro vocabulario, contribuyendo a la denostación de una raza indígena que no solo se arraiga orgullosa a sus raíces, sino que en este país, alza su voz para poner un alto al abuso en contra de la población de origen autóctono.

Un académico del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana (UIA), Juan Pablo Vázquez, afirmó que “México es una ‘pigmentocracia'”, lo que quiere decir que el tono de piel entre los mexicanos, es causa de jerarquía -o de su ausencia.

Ser indígena en México es sinónimo de una marginación total, aceptada tácitamente por la población, la cual en su mayoría, es producto del mestizaje entre indígenas y españoles. Aun así, muchos mestizos prefieren distanciarse de sus raíces nativas y apelan no solo a sus raíces blancas, sino que sus preferencias se centran en la apariencia europea. Esto se percibe claramente en los medios de comunicación.

Un rostro blanco, de ojos claros y apellido poco común; da las noticias, entretiene, instruye, denosta y hasta provoca la risa de una audiencia, mayormente de rasgos mestizos.

Hace unos meses circulaba por Facebook un anuncio de periódico de la ciudad de México muy comentado por las redes, en el que se solicitaba a una persona para un anuncio publicitario. Lo que llamba la atención del anuncio y la mayoría criticaba era la parte que requería una persona con ‘look de Polanco’, rematando, “si eres moreno no apliques”.

Polanco en la ciudad de México, ha sido una de las zonas acaudaladas en donde se concentran mayormente o mexicanos blancos y rubios, asimismo extranjeros. Una zona que posa en el imaginario colectivo como el lugar donde vive la ‘gente bien’.

Por otro lado, ¿qué decir de las novelas? -los programas más vistos en México-. Estas hacen su parte, luciendo personajes de gente pobre, inculta, morena, risible y con una total inconsciencia acerca de sus derechos como personas, recibiendo, con resignación y un estoicismo enervante, toda clase de insultos por los “güeritos”, aquellos que no solo tienen el dinero, sino la apariencia supuestamente superior; el cual es un mensaje a veces directo y otras subliminal, pero siempre constante en la TV mexicana.

Lo malo es que también este tipo de novelas nos han seguido a través de nuestra travesía a este país. Pareciera que nuestra madre patria nos siguiera “educando” a larga distancia.

Sin embargo, por lo menos aquí, el indígena puede hilar su causa con la de otros discriminados en este país, pero al contrario que en México, en EE.UU., pueden darse cuenta que exponer este tipo de lacras y luchar en su contra, no es solamente un derecho, sino una obligación.

Crear consciencia acerca de la discriminación intraracial -que sucede entre personas de la misma nacionalidad-, es sumamente necesario para generar un cambio de actitud, aun en una sociedad tan arraigada como lo es la mexicana.

Mándenos sus comentarios a rmsandoval@live.com

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