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Mike Brown, el joven afroamericano que fue muerto por un policía, estaba por entrar a un colegio para seguir con sus estudios. El motivo de su detención y posterior muerte fue el supuesto robo de unos cigarrillos de una tienda. Las protestas se iniciaron cuando se esparció la noticia, junto con otra información, como el hecho de que el cadaver haya estado tirado en el pavimento por 4 horas y al final no fue una ambulancia a recogerlo, sino una camioneta, posiblemente de la policía.
Mike Brown, el joven afroamericano que fue muerto por un policía, estaba por entrar a un colegio para seguir con sus estudios. El motivo de su detención y posterior muerte fue el supuesto robo de unos cigarrillos de una tienda. Las protestas se iniciaron cuando se esparció la noticia, junto con otra información, como el hecho de que el cadaver haya estado tirado en el pavimento por 4 horas y al final no fue una ambulancia a recogerlo, sino una camioneta, posiblemente de la policía.
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En los últimos días, nada hizo tan notorio el abuso policial y la militarización de las fuerzas del orden en el país como los sucesos alrededor de la muerte de Mike Brown, el joven adolescente afroamericano que fue abatido por los disparos de un policía en Ferguson Missouri mientras estaba desarmado.

El alegato oficial es obviamente defensa propia. Aunque 6 disparos -dos de ellos en el rostro- lucen como algo excesivo cuando se está lidiando con un adolescente que puede o no haber cometido un crimen. Según la autopsia, el disparo fatal entró por la parte trasera del cráneo, lo que levanta muchas sospechas en contra de Darren Wilson, el oficial que sometió a Brown.

El rampante aumento de la brutalidad policiaca en suburbios con minorías raciales y la baja representación de minorías dentro de cuerpos policiacos -en Ferguson, 50 de sus 53 oficiales de policía son de raza blanca-; se suman a la entrega de armas y materiales de guerra a departamentos de policía en todo el país que el pentágono ha realizado.

Una imagen relacionada al incidente que menciono ha llamado la atención en redes sociales. En ella, un montón de policías vestidos con uniformes militares camuflados, apuntan armas de alto calibre a un transeúnte. Esta escena mostrada en el noticiero Fox News, pareciera más bien sacada de Irak o Afganistán, no de un pueblo de Missouri con alrededor de 21,000 habitantes.

Según estadísticas, el uso de fuerzas especiales en toda la nación -Swat teams- ha aumentado en un 400% desde los ochentas.

Aparentemente, la policía está haciendo mayor uso de sus equipos militares. Y es que, ¿qué tan bueno puede ser “un juguete” si solamente se almacena?

Lo malo del asunto es que no estamos hablando de simples juguetes. Estamos hablando de equipo sofisticado; diseñado para matar. Es por eso que es creado para guerras, no para uso policiaco en ciudades de todo el país.

Pero más allá del uso policial de armas de guerra, el problema actual radica en tres cosas: el uso excesivo de la fuerza policial; su falta de entrenamiento y sensibilización hacia la diversidad; y la angustiante baja representación de minorías dentro de los departamentos del orden.

Para rematar, es verdad, el uso de ese armamento tan sofisticado en ciudades de todo el país es una agravante al problema.

En lugar de reprimendas, estos servidores públicos parecieran estar recibiendo premios a su inaceptable conducta. Este tipo de actitud tiene que cambiar desde los altos puestos de gobiernos si se busca cambiar situaciones tan desafortunadas como la de Ferguson.

Mientras que no hay que condonar los disturbios, los robos de tiendas, y la violencia en general causada por la furia de la comunidad negra hacia la muerte de Brown; tampoco podemos eximir al gobierno de su responsabilidad en este asunto. La forma de abordar estas cuestiones tiene que cambiar también, simplemente porque nuestros vecindarios no son zonas de guerra.

Mándenos sus comentarios a: rmsandoval@live.com