Comer frutas y vegetales “regulares” (no orgánicos) cada vez se vuelve menos apetecible, y desgraciadamente, también más peligroso para nuestra salud.
Hace unos días, el USDA (Departamento de Agricultura de EEUU. en inglés) decidió aprobar nuevas semillas de soya y maíz genéticamente modificados (GM) que resisten el aumento de pesticidas, esto para matar la mala hierba que crece en esos sembradíos, la cual ha evolucionado al punto de hacerse resistente a las dosis actuales de pesticidas.
Hasta el 2008, el 39.5% total de pesticidas usados en EEUU. se utilizaban solamente en el maíz, y el 21.5% en la soya.
Estas cifras, de por si impresionantes, van a aumentar, puesto que las nuevas semillas requieren más cantidades de pesticidas. Sin embargo el problema no para allí.
Si tomamos en cuenta que el maíz y la soya están presentes en casi todos los productos alimenticios procesados en forma de jarabe de maíz, aceite de soya (entre otras variedades), entonces descubrimos que esas semillas bañadas en tóxicos serán inevibablemente consumidas por nosotros mismos.
Claro está, si usted prefiere lo orgánico, no tendrá tanto de que preocuparse.
Pero para los que ni siquiera saben distinguir entre lo orgánico y lo “regular” fuera del precio, esto significa malas noticias.
Entre otros problemas que surgirán al rociar los campos con tanto pesticida estarían la polución ambiental, la degradación de las tierras de cultivo y la exposición de agricultores a las nuevas dosis.
Y eso no es todo.
Es muy probable que las malas hierbas (llamadas ahora super hierbas) desarrollen nuevamente resistencia a estas dosis más altas, lo que muy probablemente llevaría a la industria agricultora a incrementar nuevamente la cantidad de pesticidas en una escalada absurda y sin sentido.
No solo eso, plantíos como los GM posan como una amenaza a la salud según han demostrado ya varios estudios en el pasado.
Es por eso que organizaciones activistas como la Asociación de Consumidores Orgánicos esperan lograr que la presente decisión de la USDA pueda ser revertida por la FDA (Administración de Alimentos y Fármacos en inglés), por lo cual planean organizar presión social para que esta medida sea detenida.
Se parte de la solución y súmese a esa presión, y no parte del problema con su indiferencia.
Infórmese y haga algo al respecto.
La preocupación de estas organizaciones activistas es provocada básicamente por la salud social.
Todos y cada uno de nosotros estamos expuestos constantemente a tóxicos indeseables cada que comemos.
Es por eso que todos deberíamos tener algo que decir cuando se trata de regular lo que el estado decide sobre nuestros alimentos.
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