Skip to content
Author
PUBLISHED: | UPDATED:

La política y la falacia van usualmente de la mano. Al menos cuando del tema de inmigración se trata, hemos visto a un Obama bastante débil de voluntad cuando se trata de actuar.

Hasta hace un par de años, su respuesta a preguntas sobre si iba a tomar acciones ejecutivas para parar las deportaciones de personas sin antecedentes criminales fue: “no soy un rey, soy el jefe de la rama ejecutiva del gobierno y se requiere de mí que siga la ley”.

Su insistencia de que el congreso debía de actuar en cuestiones migratorias, no él, fue muy repetitiva.

Con frecuencia dio su brazo a torcer frente a los republicanos cuando se trataba de otros temas. El hecho de que el presidente fuera demócrata fue algo meramente ornamental por varios años.

Cuando el congreso, por su falta de acción, falló en llegar a un acuerdo sobre los soñadores, entonces Obama actuó para dar un alivio temporal a aquellos que vinieron sin documentos al país siendo niños, aunque dicha acción, no pasa de ser simplemente algo pasajero.

Ahora, con la exigencia de organizaciones cívicas en pro de la inmigración y con la presión de mucha gente que le reclama actuar, ha dicho que tomaría finalmente acción ejecutiva en el asunto. Esto hasta que sus copartidarios le pidieron que esperara hasta que las elecciones pasadas hace unos días se llevaran a cabo.

Los demócratas temían perder escaños en el senado si Obama firmaba la ley antes del 4 de noviembre. Como pudimos ver, de nada sirvió postergar.

Aun ahora que Obama ha prometido actuar, le están pidiendo que, nuevamente, se espere para poder acordar un presupuesto con los republicanos, sobreponiendo una vez más otros temas antes que inmigración. Como si antes la espera hubiese dado buenos resultados.

Aunque lo cierto que nuestro presidente, simplemente, a la vez de ir perdiendo credibilidad, con una acción unilateral, cerraría toda posibilidad de una posible reforma real, según amenazas de John Boehner, líder republicano del congreso.

El que el presidente tome acción pronta no tendría gran importancia a la larga. Con una acción ejecutiva, Obama relega a millones de indocumentados a una medida transitoria como lo hizo anteriormente con los soñadores.

Es verdad, frenarían las deportaciones… ¿pero hasta cuándo? ¿Hasta que llegue otro presidente que revoque su ley, o hasta que el congreso decida destituirlo? Y es que esto último es una posibilidad bastante viable dadas las continuas amenazas del llamado partido del té (Tea Party), el cual adquirirá control de las dos cámaras en enero del 2015, teniendo posibilidad de realizar acciones como esta.

Pienso en estas promesas y postergaciones constantes de parte del congreso y del presidente, como el dar “atole con el dedo” a la gente que exige un cambio real. Si no mal recuerdo, cuando el ex presidente Bush salió de su gobierno, lo hizo después de ignorar el sistema roto de migración y el clamor de mucha gente, proponiendo al final, una amnistía migratoria que nunca llegó a ver la luz. ¿Será que la historia se repite?

Mándenos sus comentarios a: rmsandoval@live.com

NOTAS RELACIONADAS:

¿Reforma Integral o reforma superficial?