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Las fiestas navideñas y el año nuevo regresan nuevamente.

Por lo general uno mira comerciales que si no se enfocan en vender productos simplemente, lo hacen en la benevolencia que inspiran estos días decembrinos.

En la Internet, por otro lado, sobreabunda la cantidad de videos relacionados con la navidad, o simplemente aquellos que lo hacen sentir a uno bien.

Y puedo decir que algunos de estos han hecho que se me erice el cuero por la emoción.

Generalmente, lo logran aquellos donde hay algún cantante que a simple vista, parecería que fuera a fracasar en su intento de concursar.

Uno generalmente es pronto a juzgar por la apariencia de la persona aun cuando el título del video nos dice que el cantante sale triunfante.

Piensa uno que podría terminar siendo una simple exageración.

A pesar de todo, lo que viene suele sorprendernos y emocionarnos.

Es curioso que a pesar de haber visto varios de estos videos, no me canso de ver los nuevos que salen.

Como yo, muchísima gente obtiene cierto placer al ver que alguien que cree poco en sí mismo, junta el coraje suficiente; se enfrenta a sus miedos y triunfa.

Es la conexión con otros la que nos hace alegrarnos y sentir lo que sentimos.

Aunque no está de más decir que uno suele también proyectarse en aquello que busca ver.

Pero fuera de los análisis que rayan en lo psicológico, este tipo de imágenes sacan a relucir la conexión que tenemos unos con otros.

Todos tenemos necesidad de ese enlace hacia otros, porque como dice el dicho, no hay hombre que sea como “una isla”.

Es por eso que en fiestas decembrinas, la gente que importa en nuestras vidas, ya sea que estén lejos o cerca, están siempre presentes.

El compartir no se hace esperar, aun cuando no sea la clásica tarjeta navideña.

En el presente, un simple mensaje por las redes sociales suelen regresarnos una respuesta agradable y pronta de nuestro círculo de amigos.

El medio cambiará, pero no el compartimiento.

Ya sea que usted elija una tarjeta, un mensaje por Facebook o una llamada, no se guarde sus buenas intenciones, compártalas.

Aunque eso sí, le aconsejo que se aparte de las pantallas y trate de convivir directamente con los suyos siempre que le sea posible; porque nada remplaza esos momentos familiares, aunque solemos olvidarlo y nos “clavamos” en las redes sociales y checando videos.

Feliz navidad y un gran año nuevo en sus vidas les deseamos desde la redacción de Impacto USA.