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El año indudablemente comienza de forma positiva para este país. La economía ha mejorado, con ella la confianza del consumidor. El costo de la gasolina también ha bajado.

Aunque esto último se lo debemos al auge energético que está teniendo nuestra nación hoy en día. La extracción y producción de gas de esquisto -el llamado gas shale- es lo que está generando esta baja de precios en el combustible que no veíamos en años.

Obviamente cuando uno está poniendo gasolina a su carro, se siente bien estar ahorrándose unos cuantos dólares. Aunque estos ahorros, realmente tienen costos alternos.

Para extraer dicho gas del subsuelo, se tienen que fracturar las rocas, lo cual posteriormente, puede causar movimientos telúricos en lugares donde esto no sucedía, como ya se ha sido experimentado en diferentes sitios desde que se comenzó a aplicar dicha técnica de extracción. Así es, son inducidos.

Pero el problema no para allí. Para lograr la fractura de dichas rocas, se inyectan agua y químicos que terminan esparciéndose en el subsuelo y contaminan los mantos acuíferos. Cabe aclarar que el agua de esos mantos sirve para nuestro consumo directo.

No dudo que nuestro país necesita ser independiente en cuestiones de energía. Lo que si pongo en tela de duda es la forma en que se está logrando esto.

Habiendo otras alternativas bastante viables y amigables con el ambiente como lo son la energía solar y la eólica, no me explico por qué en su lugar, tenemos que dañar el ambiente y exponer nuestra salud de forma innecesaria. Estamos hablando de temblores y químicos “extras” en el agua, ni más ni menos.

Ya durante este año a causa de la sequía en California, se puso bajo la lupa este tipo de extracción, ya que nuestro estado no puede darse el lujo de contaminar las pocas reservas de agua que posee en el presente.

A pesar de esto, el veto sobre este tipo de extracción fue hecho por el senado californiano.

Este procedimiento está extendiéndose al resto del país rápidamente, y como dije antes, somos ahora menos dependientes del petróleo que nos llega de otros países, muchos de ellos con conflictos bélicos; pero el costo final de esto no es equiparable al problema que crea dicha “solución”.

Sí, es verdad que en el presente, usted tiene $10 o $20 dólares más en su bolsa cada vez que va a cargar gasolina. Pero lo que pocos nos paramos a pensar es en si a la larga, realmente valdrá la pena dicho ahorro.

Además, con tanta plática acerca de cuidar el ambiente, resulta incongruente que el gobierno no tome medidas reales para prevenir problemas mayores. La presente sequía es apenas una parte de lo que podríamos ver más adelante si no se cambian las ideas actuales de producción no solo en el país, sino en el mundo entero.

Mándenos sus comentarios a: rmsandoval@live.com

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