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Su nombre fue cambiado por su padre en honor al reformador protestante Martin Lutero. Participó en el Boicot de autobuses de Mongomery Alabama en 1955, lo que ayudó a cambiar las leyes de segregación en transporte público de ese estado.

Fue en general un activista que, inspirado por Gandhi y sus propios principios cristianos, ayudó a cimentar los derechos civiles de los afroamericanos a través de la desobediencia civil y de protestas pacíficas.

Estoy hablando de Martin Luther King Jr., el célebre activista que en 1964 recibiría el premio Nobel de la paz que además es considerado como uno de los más grandes oradores de este país, el cual es celebrado en la nación el 19 de enero de cada año en el aniversario de su natalicio.

Desde ese acto de 1955 en el que una mujer llamada Rosa Parks se negó a cederle su asiento a un blanco hasta hoy en día, muchas cosas han cambiado para la comunidad negra, sin embargo, quedan aun rezagos de ideas en la gente actual que todavía nos impide realizar el paradigma de igualdad promulgado en la constitución.

El predominio blanco es aun una realidad en esta nación. Las minorías raciales generalmente siguen estando a la verja de la miseria, dadas las pocas oportunidades y la falta de interés por parte de políticos y autoridades.

Hace más de 50 años que los negros eran separados, marginalizados y los peores trabajos eran destinados para ellos y otros grupos étnicos como los hispanos. La inclusión de estos en universidades era también escasa.

Hoy en día no podemos decir que las cosas han cambiado mucho; aun cuando las muestras de racismo contra minorías raciales suelen ser más sutiles. Los vecindarios aun, divididos por líneas imaginarias o bien definidas como las vías del tren o un río, siguen siendo segregados; aunque ahora ya no por decreto como lo fueran antes; sino a través de la falta de opciones y con oportunidades bastante limitadas. Basta con recorrer ciudades como Beverly Hills y Manhattan Beach; y en contraste, Compton o Watts, para ver que dentro de la afluencia de dinero, existen colores además de contrastantes, demasiado aparentes.

Por otro lado, si se habla de las autoridades, la cuestión suele ser no solo obvia, sino hasta puede lucir descarada. Como en los sucesos trágicos de este año pasado en los que afroamericanos sin armas fueran asesinados por algún policía blanco, el cual a su vez, era exonerado de toda culpa por un proceso que distó mucho de parecerse a uno legal.

Las marchas generadas por estas causas no fueron una reacción exagerada por parte de la gente como algunos medios lo dieron a saber. La gente, sobre todo la perteneciente a minorías raciales, tiene que vivir día a día con abusos de parte de autoridades; por lo que simplemente llegó a un punto inevitable de hartazgo.

Aun cuando Norteamérica ha sido el bastión de la libertad en este continente, hay que aceptarlo, aun nos falta mucho por mejorar. Aunque si hay algo que se tendría que admitir primero, es que los medios de comunicación juegan aun un papel muy importante en la formación de ideas y prejuicios en este país. Esto lo logrann a través de la formulación de opiniones negativas, burlonas y hasta ofensivas cuando se trata de asuntos que atañen a las minorías norteamericanas.

Si hubiese un cambio, definitivamente desearía que comenzara por allí. Aunque bajo la capa de la libertad de expresión, dudo mucho que sea posible, pues cualquiera, ya sea culto, ignorante, de mente abierta o prejuicioso, puede ejercer ese derecho. Sin embargo, el cambio por parte de las autoridades no es solo una de tantas necesidades o un simple deseo. Y siendo servidores públicos, me atrevería a pensar que es cuestión de tiempo para que la concordia racial se refleje entre autoridades y público.

Algunos dicen que es cuestión de que pasen una o dos generaciones, ya que los jóvenes hoy en día, suelen mostrar más tolerancia sobre diversos temas. En otras palabras, el legado de Martin Luther King Jr., su “sueño”, son algo de tremenda importancia; pero solo visible a través de los años… y en el presente, hay mucho todavía por hacerse. ¿O usted que cree?