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Raúl Martínez-Sandoval is a graphic designer for Excelsior, La Prensa and SCNG.
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Ahora fue el turno de la convención demócrata, la cual se llevó a cabo en medio de aplausos y abucheos. Obviamente, los segundos venían de aquellos que aún siguen a Bernie Sanders, aunque ahora con la desilusión y la incredulidad al verle no solo respaldar a Hillary Clinton, sino hasta recomendarla para la presidencia, esto en medio de la filtración de correos electrónicos de altos ejecutivos del partido demócrata en los que se daba a saber su gran favoritismo hacia Clinton ya desde las elecciones primarias.

Obviamente, ese sesgo ahora conocido, no hizo más que agrandar la herida de todos aquellos progresistas que veíamos en Sanders a un líder con la posibilidad de balancear un sistema político cada vez más inclinado a la plutocracia. Tampoco ayudó en nada en cambiar nuestra idea de que los resultados pudieron haber sido logrados no por el voto general; sino por estratagemas políticas hechas por los que están en el poder.

Por otro lado, alguien más que sorprendió con su respaldo a Clinton, fue la senadora Elizabeth Warren; la cual en el pasado, no ocultó sus críticas hacia la ahora candidata oficial demócrata por la presidencia.

Warren, de la misma camada de Sanders en cuanto a ideas progresistas se refiere, habló también ante una audiencia dividida llamando a la gente a votar por la primera candidata mujer.

Un video posterior a la convención, muestra a una delegada demócrata cuestionando si Hillary será en realidad la mejor opción. La mujer, con una postura apasionada, equipara a Clinton con Trump en este aspecto. “¿Qué va a hacer ella por mí, […] por mis hijos, […] por mi comunidad?”, pregunta la mujer, y adhiere, “necesitamos limpiar la casa”, refiriéndose al partido político y según sus palabras, a la corrupción que la misma Hillary ha promovido, a la cual llama indirectamente tramposa y mentirosa.

Una cosa digna de ser mencionada es la inclinación de Clinton hacia la globalización económica que hasta ahora, no ha traído nada a las mesas de la clase media y baja, sino por el contrario, les ha ido restando. Entre otras cosas, trabajos locales y prestaciones, los primeros, al ser exportados a sitios como China e India, donde los sueldos son inferiores y las prestaciones ínfimas.

Al final de cuentas, Bernie, que prefiere buscar la unidad del partido a tratar de hacerse candidato por su cuenta, no da un pie hacia atrás cuando a su agenda se refiere. Hay algunos que dicen que su capacidad de convocatoria han terminado poniendo sus temas sociales en la agenda de Clinton. Posiblemente así sea, aunque para una política como ella que cambia de posturas según le conviene, está resultando difícil generar credibilidad y confianza entre los que deseamos un cambio real y que en estas elecciones, solo vemos la posibilidad de votar por “el menos peor”.

Aunque si me lo pregunta, cualquiera es mejor candidato que Trump… en todo aspecto.

Mándenos sus comentarios a: rmsandoval@live.com

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