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Raúl Martínez-Sandoval is a graphic designer for Excelsior, La Prensa and SCNG.
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La idea de un debate político tiene en sí, algo de irrisorio.

Cada candidato dice generalmente lo que sus seguidores quieren escuchar, además de comentar e indagar sobre lo que pudiera poner en aprietos al oponente enfrente de millones de personas que los observan por televisión.

Hay ocasiones que un debate político se puede tornar en todo un pleito de lavadero, según la pulcritud cultural de los participates.

Si bien el debate presidencial no llego a niveles tan bajos, como era de esperarse, si rayo en lo burlesco, cosa por la cual, fue parodiado por el programa cómico “Saturday Night Live” de forma bastante acertada.

Aunque en realidad, los comediantes tenían “mucho hilo para hacer madeja” para realizar ese episodio.

Si bien se podría decir que el “risámetro” subió considerablemente durante el debate Clinton vs. Trump; cuando tocó el turno a los vicepresidentes, uno esperaba más moderación en cuanto a comentarios extremos.

Sin embargo, un comentario de Mike Pence, candidato a la vicepresicencia del país, puso a este debate también en el ojo del huracán. Y es que tuvo un gran efecto la piedra tan obvia que lanzó Tim Kaine, su contraparte demócrata a la vicepresidencia, al indagar el primero si apoyaba la postura de Trump en contra de los inmigrantes mexicanos y el aborto, a lo que Pence respondió “ya estas sacando esa cosa mexicana otra vez”, adhiriendo que Trump había dicho además que “muchos eran buena gente” y que lo estaba dejando fuera de su comentario.

En realidad, Trump dijo que “quizá algunos de ellos eran buenas personas”.

Las redes sociales no tardaron en incendiarse con su forma despectiva de referirse al incidente, haciendo uso del hashtag #thatmexicanthing.

Pero en esta ocasión, al contrario de causar risa como el debate presidencial, a muchos les causó consternación, los cuales atacaron a los candidatos republicanos e hicieron bromas crudas sobre ellos. Otros por su parte, comentaron sobre sus propios padres inmigrantes que habían trabajado duro para darles a ellos una mejor vida.

Pence experimentó por cuenta propia, lo fútil de tratar de defender lo indefendible. Y no fallo por falta de habilidad; sino por exceso de culpas en el haber de su posible jefe.

Se puede decir que Kaine, hizo uso de todo el arsenal proveído no por Clinton; sino por el mismo Trump para atacar su candidatura y la de su vicepresidente.

Mándenos sus comentarios a: rmsandoval@live.com

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