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Raúl Martínez-Sandoval is a graphic designer for Excelsior, La Prensa and SCNG.
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Esta semana pasada no fue muy buena para Donald Trump. Una grabación de años atrás en el que él vulgarmente sobre como asaltaba sexualmente a mujeres por el simple hecho de ser una celebridad le ha dado un vuelco a la historia.

Debido a esto, el líder republicano Paul Ryan actualmente se ha opuesto a defender al candidato republicano o a hacer campaña con él.

Mientras tanto, representantes de Trump trataban de normalizar la situación diciendo que la conversación grabada era el tipo de pláticas que se hablan entre hombres en un vestidor.

Si bien es cierto que el sexo suele ser un tema de conversación varonil, el asalto sexual no lo es. Un crimen como este, el cual fue platicado de forma tan burda pro Trump, debería ser castigado. Aunque para que eso suceda, hace falta que salgan las víctimas y lo denuncien.

Dicen que el pez por la boca muere. Aunque en este caso, Trump considera que su situación es aún rescatable debido a toda la base de votantes que lo apoyan. Lo peor de todo es que posiblemente tenga razón.

A pesar de todo, el apoyo incondicional de sus seguidores no mengua. Ya hemos visto una y otra vez como este hombre habla de más, miente, cuenta versiones opuestas de una sola cosa y en general muestra una gran falta de capacidad para representar a la nación y su aceptación en encuestas sigue más o menos estable.

Es lógico pensar que la clave de ese apoyo ciego se debe mayormente a sus ataques a inmigrantes mexicanos e islámicos. Que sus palabras hicieron eco en gente inclinada hacia la idea de supremacía blanca y de valores que plagaron la nación hace menos de un siglo.

El mismo Clint Eastwood, galardonado actor y director, llegó a defender a Trump, diciendo que los comentarios de Trump eran aceptables años atrás. El actor consideraba que la gente hoy en día es demasiado sensitiva.

Dicho argumento es bastante hueco. Según Eastwood, como en el pasado estaba bien discriminar abiertamente a negros, hispanos y a mujeres; entonces no debería haber problema con esas palabras, esto a pesar que el mundo ha cambiado desde entonces. Pero ese es completamente otro tema.

Los mensajes de odio tienen efecto, sobre todo si son expuestos en una plataforma nacional. Y actualmente han afectado a tal grado al país, que a pesar que el chance de ganar la presidencia del magnate inmobiliario se ve cada vez más distante; pareciera ser que la discriminación, gracias a él se hubiera legitimado nuevamente.

Espero que ese no sea el caso, aunque el que grupos de odio como el KKK salgan a la luz pública, definitivamente no puede ser un buen indicio.

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