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Raúl Martínez-Sandoval is a graphic designer for Excelsior, La Prensa and SCNG.
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El mundo está perplejo. El país decidió.

Aunque allá afuera, el día de hoy es soleado y apacible; para muchos, el día luce sombrío dentro de su contexto social.

Sin embargo, para una mayoría de votantes, las cosas lucen bastante bien. Aquel que hizo eco en sus insatisfacciones, aquel que buscó culpables y los halló entre los más vulnerables, tiene ahora las riendas de la nación.

¿Qué dirección tomará el país más poderoso bajo las manos de un magnate, que sin experiencia política, le apostó al miedo para encumbrar su campaña en la cima en unas elecciones bastante peleadas?

Mientras tanto, la bolsa de valores se ha hundido bajo la incertidumbre del rumbo que ha de tomar la nación bajo el liderazgo de Donald Trump. La confusión que vive el día de hoy Wall Street, la comparte el mundo entero.

Aquí, en el trabajo, la gente está cooperando para comprar la lotería. Quizá un golpe de suerte les proteja ante lo inesperado.

En el resto del planeta, según las palabras del New York Times, varios líderes de otros países están incrédulos y “nerviosos” ante los hechos. Y no es para menos. En su camino a la cima política, Trump hizo promesas que lucen devastadoras.

Entre ellas están:

– Sacar a los inmigrantes indocumentados, a los islámicos y a los refugiados sirios del territorio norteamericano

– Construir otro muro en la frontera que, según sus planes, México pagará

– Desaparecer Obamacare y el tratado de libre comercio (NATO en inglés)

– Mano dura en el comercio con China

– Abandonar el plan contra el cambio climático acordado en Francia y el tratado nuclear contra Irán

– Dejar que Rusia se haga cargo de la guerra en Siria. Pedir pago por la protección de Corea del Sur y Japón en contra de Corea del Norte y China respectivamente

Y estas son solo algunas de esas promesas.

A grandes rasgos, de ser puestas en práctica dichas propuestas, estas moldearían al mundo de una forma totalmente distinta.

Ya en casas, algunas nociones han sido puestas a prueba. Entre ellas, el hecho de la existencia real de la xenofobia latente y pasiva en una mayoría; que ha vuelto a resurgir, a ser justificada, y todo gracias a una sola persona… y a esa mayoría que voto por ella.

Se puede decir que, entre los votantes de estas elecciones; no pudieron más la inhabilidad de liderazgo de Trump, ni su retórica divisiva, ni su obvia misoginia, ni su falta de propuestas reales, ni su gran carencia de diplomacia; bueno, ni siquiera su conducta criminal admitida. Nada de eso les importó.

Es aparente que lo unico que movió a los votantes para hacerlo presidente fue la xenofobia. La idea de la supremacia de una raza que pareciera cosa del pasado (“Make America White Again”, rezaba un cartel que parodiaba el eslogan del magnate).

Las ideas religiosas malentendidas que ponían a un Trump como un candidato mesiánico y a Clinton como el anticristo, lograron finalmente su cometido, aun cuando el candidato a cada palabra, daba muestras claras de una falta de cristianismo entre sus ideales.

Se puede decir que, al final, en estas elecciones; fue el miedo el que triunfó.

Mándenos sus comentarios a: rmsandoval@live.com

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