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México vuelve a tener niveles de criminalidad preocupantes. Según datos del proyecto social ciudadano llamado Semáforo Delictivo, crimines de alto impacto como asesinato, extorsión, secuestro y robo a negocios, aumentaron en gran proporción durante el primer trimestre de este año, haciendo que el país alcance los peores niveles de seguridad desde el 2011.

Entre los estados con más actividad delictiva se encuentran Guerrero, Estado de México, Baja California, Chihuahua, Veracruz, Sinaloa, Michoacán, Jalisco, y Guanajuato.

La estrategia fallida que iniciara con el ex presidente Felipe Calderón desgraciadamente encontró continuidad con Peña Nieto, y según estamos viendo va de mal en peor.

El problema radica no meramente en lo que dicta el nuevo gobierno, sino en su acatamiento fiel al plan Mérida, promulgado no por un organismo local, sino por un país extranjero como EE.UU. Este acuerdo centra los esfuerzos de México y Centroamérica en la seguridad y la lucha contra el narcotráfico, el cual no solo no ha menguado desde que se inició, sino que ha aumentado y se ha regado por todos los países involucrados, al grado de rebasar a las fuerzas del orden.

Dicho plan da ha dañado no solo la soberanía de esos países; sino también el balance que hace posible su subsistencia misma.

Este tipo de estrategias fallidas han forjado toda una generación de inmigrantes que huyen de la violencia que existe en sus países. Estas olas de niños centroamericanos que han estado llegando aquí son muestra de ello.

El control de parte del estado sobre sustancias como la marihuana para fines médicos no ha hecho gran mella en la situación como muchos esperaban. La búsqueda por legalizar el uso de drogas recreativas, según se cree, podría reducir la violencia al ser el estado el que tenga un control sobre el comercio.

Sin embargo, la gran cantidad de drogas convencionales y de diseño, unas más dañinas que otras, hace imposible tal tarea.

Para acabarla, el voraz consumo de estupefacientes en este país no decrece. Como quien dice, aquí existe un mercado jugoso para el narco. Sin embargo, el Plan Mérida no buscó hacer nada por reducir los niveles de consumo de Estados Unidos, los cuales son en realidad los que generan el problema. Lo único que ha logrado es desestabilizar otras naciones de forma grotesca.

En el presente, mientras que el gobierno se centra en atrapar a dirigentes de cárteles, estos grupos delictivos han terminado fragmentándose, expandiéndose y generando una lucha por territorio que tiene hundidos a varios paises en un caos recurrente y en aumento.