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Washington, 11 abr (EFE).- El presidente de EE.UU., Barack Obama, encomendó hoy a su responsable de presupuesto, Sylvia Burwell, el reto de consolidar su reforma sanitaria al nominarla como secretaria de Salud tras aceptar la dimisión de Kathleen Sebelius, encargada del lanzamiento de la ley y blanco de las críticas por sus fallos.

Tras cinco años como rostro visible del que se considera el mayor logro de la presidencia de Obama en lo interno, Sebelius informó en marzo al mandatario que deseaba abandonar su cargo, tras un duro recorrido en el que defendió la reforma de decenas de ataques políticos y judiciales y un estreno plagado de fallos técnicos.

“Echaré de menos el consejo (de Sebelius), su amistad, y su carisma; pero estoy orgulloso de nominar a alguien que también tiene todos esos rasgos con creces, Sylvia Matthews Burwell”, dijo Obama al anunciar el nuevo nombramiento desde la Casa Blanca.

Burwell, de 48 años, dirigía desde hacía un año la Oficina de Gestión del Presupuesto de la Casa Blanca, desde la que ha lidiado arduas batallas con el Congreso, incluido el cierre temporal de la Administración durante dos semanas el pasado octubre, en el que la reforma sanitaria fue precisamente el objeto de disputa.

“Sylvia es una gestora demostrada, y sabe cómo conseguir resultados. Y necesitará serlo porque estas son tareas duras, grandes retos”, señaló el presidente estadounidense, flanqueado por Sebelius y Burwell.

Desde que los graves errores en el estreno de la web sanitaria se hicieron evidentes a finales de 2013, Obama ha enfrentado presiones para prescindir de Sebelius, tanto de los republicanos más críticos con la reforma como de algunos de sus propios asesores, preocupados de que los fallos técnicos empañaran el legado del mandatario.

No obstante, Obama se resistió a ello y fuentes de la Casa Blanca han descrito la dimisión de Sebelius como una decisión personal, que sin embargo permite al presidente lavar la cara del Departamento de Salud una semana después de anunciar que se ha superado el objetivo de 7 millones de inscritos en los seguros médicos de la reforma.

“Las cifras finales (de inscripción) hablan por sí mismas”, aseguró hoy Obama. “Y todo ello es gracias a la mujer que está hoy aquí de pie conmigo. Y estamos orgullosos de ella. Es un logro histórico”, agregó el mandatario, que fue rotundo en su defensa del legado de Sebelius y la abrazó calurosamente al concluir el acto.

Advirtió, sin embargo, que queda “mucho más trabajo por hacer para implementar la reforma sanitaria”, y que dentro de aproximadamente seis meses se abrirá “un nuevo periodo de inscripción” en el mercado de seguros médicos de bajo coste que buscan disminuir el número de estadounidenses sin cobertura.

Burwell, que de ser confirmada por el Senado se encargará de esa tarea, se mostró hoy “honrada e ilusionada por la oportunidad” de tomar el relevo de Sebelius, y se comprometió a asegurarse de que “las familias, los niños y los ancianos cuentan con la base necesaria para vivir vidas productivas y saludables”.

La responsable del presupuesto federal tiene buena reputación en el Congreso y hace un año fue confirmada para su puesto de forma unánime, pero se espera que esta vez encuentre más trabas antes de ser ratificada por el Senado, donde los republicanos podrían usar su nominación como una nueva plataforma de ataques a la reforma.

En general, el ala conservadora del Congreso ha recibido con escepticismo la nominación de Burwell, y parece poco dispuesta a suavizar su frontal oposición a la reforma sanitaria, considerada por los republicanos su principal baza para retomar el control del Senado en las elecciones legislativas de noviembre.

“Por desgracia para el pueblo estadounidense, la renuncia de la secretaria Sebelius no hará nada para protegerles de las coberturas canceladas, el aumento de costes y la reducción de opciones de ‘Obamacare’ (como se conoce la reforma sanitaria)”, indicó hoy el senador republicano John Thune.

Sebelius, por su parte, definió la reforma sanitaria como “el logro social más significativo en los 50 años” que han pasado desde que el presidente Lyndon B. Johnson firmó la Ley de Derechos Civiles en 1964.

“Éste es el trabajo más importante del que he sido parte nunca; de hecho, ha sido la causa de mi vida”, aseguró Sebelius. “Pese a todas las batallas legislativas, el reto en el Tribunal Supremo, una difícil reelección (de Obama) y años de votos (en el Congreso) para derogar la ley, estamos avanzando tremendamente”, concluyó. EFE