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Los “soñadores” prometen lucha para defender las medidas migratorias de Obama

  • Barack Obama firmando la acción ejecutiva.

    Barack Obama firmando la acción ejecutiva.

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    Dennis Melara, de 20 años, vio frustrada su oportunidad de ser reclutado por varios prestigiosos programas atléticos al no calificar a la primera parte del programa DACA. El salvadoreño continuó su educación gracias al apoyo de un colegio comunitario y esta a las puertas de transferirse al Miles College en Alabama siendo uno de los más de cinco millones de indocumentados que se vería favorecido por las medidas ejecutivas anunciadas en noviembre por Obama. Sin embargo, su objetivo está un poco más lejos tras la decisión del juez Andrew Scott Hanen de suspender temporalmente este lunes la entrada en vigor de las medidas ejecutivas tras la demanda presentada por 26 estados.

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Los Ángeles, 17 feb (EFEUSA).- Los “soñadores” reconocen que la decisión de un juez federal de suspender temporalmente el alivio migratorio aprobado por el presidente Barack Obama ha sido un duro golpe, pero aseguran estar en pie de lucha para defenderse de estos ataques antiinmigrantes.

“La Acción Diferida (DACA) es todo ahorita para mí, porque es el que me está dando la oportunidad de ir a la universidad”, dijo a Efe Dennis Melara.

Este salvadoreño de 20 años es uno de los más de cinco millones de indocumentados que se vería favorecido por las medidas ejecutivas anunciadas en noviembre por el presidente Barack Obama y que esperaba tramitar su permiso de trabajo este miércoles, fecha en la que se abría el plazo para la ampliación de DACA.

Sin embargo, su objetivo está un poco más lejos tras la decisión del juez Andrew Scott Hanen de suspender temporalmente este lunes la entrada en vigor de las medidas ejecutivas migratorias de Obama, tras la demanda presentada por 26 estados.

La batalla de este joven comenzó hace seis años cuando dejó a sus padres en El Salvador y viajó a California en busca del sueño americano al lado de su hermano mayor. Aunque su ideal era trabajar, el deporte y el estudio le abrirían las puertas de una vida que nunca imaginó. Melara se convirtió en uno de los mejores pateadores de fútbol americano de las escuelas de Los Ángeles.

“Las universidades y colegios venían a vernos jugar y me decían ‘Te queremos’, pero cuando yo les decía ‘Soy un estudiante indocumentado’ me decían que me llamarían de regreso, pero el tiempo pasaba y nunca me hablaban”, relató.

Pero el panorama del salvadoreño cambió tras el anuncio de la ampliación de DACA, pues el joven calificaba para obtener un permiso de trabajo y un número de seguro social que le permitiría acceder a las becas deportivas que ofrece el Colegio Miles en Alabama, dónde pretende estudiar Administración de Empresas.

Sharon González, de 23 años, ya ha recorrido parte del camino que Melara quiere seguir. Desde hace dos años la joven está amparada por DACA y obtuvo una beca para seguir sus estudios de medicina. Ella asegura que, de no ser por este alivio migratorio, no habría podido seguir sus sueños profesionales.

González, a la que no afecta esta decisión judicial, entiende la situación de estos “soñadores”, pues a ella DACA le permitió “estudiar y poder trabajar, tener un seguro social, algo que nos respalde en este país y no sentirnos como en las sombras”.

Para Alex Silva, vocero del Club de Estudiantes Indocumentados del Golden West College de Huntington Beach, las historias de un futuro prometedor como el de Melara y González se repiten por todo el país, pero la decisión judicial de este lunes podría frustrar todo el esfuerzo de estos jóvenes.

“Es un momento de transición y de decepción, de decir ‘Ya basta’. (…) Pero, por otra parte, te das cuenta de que ya no hay nada atrás” y que, a pesar de todos las trabas, no van a abandonar su lucha y mucho menos el país que les ha visto crecer, aseguró.

Silva entiende muy bien la decepción que se siente al ser excluido, pues por varios años ha esperado ser parte de un alivio migratorio y, pese a ser un estudiante sobresaliente, la edad en la que ingresó a Estados Unidos no le permite estar amparado bajo DACA.

Aunque Silva, Melara y González no se conocen, ni comparten aulas, el nuevo obstáculo puesto por el juez Hanen los ha unido para luchar y no dejarse arrebatar los beneficios obtenidos.

“A veces hay tantas personas que tienen el potencial para hacer algo en este país y no tienen los mismos privilegios y no se puede hacer nada, es frustrante”, aseguró González.

Aunque Melara ve su futuro como deportista y profesional pender de un hilo, el joven ya aprendió que las esperanzas no se acaban con este tropiezo.

“Yo nunca dejé de luchar porque sabía que algo iba a volver a pasar, gracias a Dios no dejé de estudiar”, dijo el joven, que se mostró confiado en que la ampliación de DACA finalmente se concrete y posteriormente haya otra para aquellos que no aplicaban para este programa gubernamental.

El otro apoyo para los que vieron sus sueños suspendidos viene de Silva, quién representa a los millones de indocumentados que no tienen una esperanza concreta.

“Debemos unir nuestros recursos para seguirlos apoyando. Probablemente en un futuro muy lejano podrá existir alguna reforma (migratoria)” concluyó. EFEUSA