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Washington, 24 feb (EFEUSA).- La Casa Blanca alertó hoy de que una propuesta republicana en el Congreso para renovar la ley educativa conocida como “No Child Left Behind” recortará fondos para los distritos escolares más pobres y con un alto número de estudiantes hispanos y negros.

El secretario de Educación, Arne Duncan, explicó en una conferencia telefónica con periodistas que esa propuesta “moverá dinero de los distritos que más lo necesitan” a otros más ricos y la calificó de “dañina” para los estudiantes, especialmente los de minorías.

El proyecto republicano, que busca renovar la ley “No Child Left Behind” (“Que ningún niño se quede atrás”) firmada por el entonces presidente George W. Bush en 2002, fue aprobado a comienzos de mes en el Comité de Educación de la Cámara de Representantes, que probablemente lo someta a voto en el pleno este viernes.

De acuerdo con las cifras divulgadas hoy por el Departamento de Educación, si ese proyecto prospera en el Congreso, los 33 distritos escolares del país con mayor concentración de estudiantes negros e hispanos dejarían de recibir un total de 3.000 millones de dólares en fondos federales en un periodo de seis años.

De ellos, los distritos con un alto número de escolares hispanos perderían más de 1.900 millones de dólares.

El informe del Departamento de Educación cita ejemplos concretos como el caso del distrito escolar unificado de Los Ángeles, con un 74 % de hispanos y que podría dejar de recibir hasta 782 millones de dólares, o el del distrito independiente de Houston (Texas), con un 63 % de latinos y pérdidas estimadas de 205 millones.

En cuanto a los distritos con mayor concentración de estudiantes afroamericanos, entre los más perjudicados están el distrito de la ciudad de Filadelfia, con un 55 % de alumnos negros y que podría percibir hasta 412 millones de dólares menos.

También el del condado de Shelby (Tennessee), donde un 81 % de los estudiantes son negros y que perdería unos 114 millones, según los cálculos del Gobierno.

Duncan dijo durante la conferencia que no entiende “cuál es el objetivo” de “redirigir” recursos desde los distritos pobres a los ricos, al abogar por dar “más apoyo” a los estudiantes negros e hispanos en un momento en el que precisamente su rendimiento escolar y tasas de graduación están creciendo.

La controversia sobre la propuesta de ley republicana tiene que ver con la forma en que el Gobierno federal asigna los fondos públicos para ayudar a los niños de familias de bajos ingresos.

Actualmente, en el marco de una disposición de la ley “No Child Left Behind” conocida como “Título I”, esos fondos se distribuyen con base en una fórmula que asigna más dinero a los distritos escolares con altas concentraciones de niños pobres.

En su propuesta, los republicanos plantean modificar ese “Título I” para que esos fondos federales lleguen a los niños pobres, pero con independencia de si están inscritos en un distrito con mayoría de estudiantes necesitados o en otro considerado “rico”.

Los demócratas y el Gobierno consideran que esa modificación dejará a las escuelas más pobres sin los recursos que necesitan y, además, que puede propiciar que los estudiantes usen fondos federales para matricularse en colegios privados.

Mientras, los republicanos argumentan que la modificación del “Título I” sería de cumplimiento opcional para los estados, no un requisito.

“Durante los últimos seis años, el Gobierno de Obama ha dictado la política educativa nacional”, denunció recientemente el legislador republicano John Kline (Minesota), que preside el Comité de Educación de la Cámara baja.

Kline señaló que el Gobierno se opone al proyecto de ley republicano, porque sabe que implicará “menos control” en manos de los “burócratas de Washington” y más “para los padres y líderes educativos”. EFEUSA