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Washington, 12 abr (EFEUSA).- El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, afirmó hoy que ni quiere ni aceptará la nominación de su partido para ser el candidato a la Casa Blanca en las elecciones de noviembre, con el objetivo de zanjar “de una vez por todas” las especulaciones al respecto.

“No cuenten conmigo”, dijo tajante Ryan durante una comparecencia en la sede del Comité Nacional Republicano en Washington, después de que sus asesores adelantaran que el legislador iba a hablar ante la prensa para descartar formalmente su interés en la posibilidad de convertirse en el aspirante del partido.

“No quiero y no aceptaré la nominación republicana”, insistió Ryan, quien fue candidato a la Vicepresidencia del país en 2012 como compañero de fórmula de Mitt Romney.

El nombre de Ryan ha venido sonando para una candidatura de consenso y con más fuerza en los últimos días, ante la posibilidad de que el partido celebre una disputada convención en julio.

El favorito en la contienda republicana sigue siendo el magnate Donald Trump, pero las recientes victorias de su mayor rival, el senador Ted Cruz, en el proceso de elecciones primarias le han puesto un poco más difícil alcanzar los 1.237 delegados necesarios para asegurarse la candidatura a la Casa Blanca en la convención nacional del partido en Cleveland (Ohio).

Además, el aparato del Partido Republicano, con el excandidato presidencial Mitt Romney a la cabeza, lidera los esfuerzos para tratar de impedir que el polémico Trump sea finalmente el nominado.

Según Ryan, si finalmente se celebra una convención disputada y ninguno de los aspirantes actuales obtiene mayoría en la primera votación, los únicos con opciones a entrar en la batalla por la nominación deben ser los otros candidatos que han participado en el proceso de primarias del partido.

“Yo no debería ser considerado. Punto. Fin de la historia”, zanjó el dirigente republicano.

Ryan, un político joven visto por muchos como futuro candidato a la Casa Blanca, fue el elegido para tratar de unir al partido en octubre pasado, cuando sus líderes se mostraron incapaces de ponerse de acuerdo sobre el sustituto de John Boehner al frente de la Cámara de Representantes.

El legislador de Wisconsin se resistió en un principio a reemplazar a Boehner al frente de la Cámara baja, tras la renuncia inesperada del favorito a ocupar el cargo, Kevin McCarthy, pero finalmente aceptó ante la presión de otros líderes del partido.

Al ser preguntado sobre los paralelismos entre ambas situaciones, Ryan argumentó que ser el presidente de la Cámara baja “está a años luz” de lo que significa ocupar la Casa Blanca.

El anuncio de Ryan podría dar esperanzas a largo plazo al gobernador de Ohio John Kasich, más moderado que Cruz y Trump y el único candidato en liza con el apoyo del núcleo tradicional del partido republicano.

En un discurso en Nueva York, donde se celebran elecciones primarias el 19 de abril, Kasich criticó hoy a sus rivales por abrir un “camino que llevaría a EEUU a una zanja” y se perfiló como una alternativa más optimista y seria, capaz de llevar al país por un camino de prosperidad y ya conocido.

“El otro camino es uno que Estados Unidos ya conoce. Lo hemos pisado, a veces es empinado pero es sólido”, resaltó.

Con la salida de Ryan del escenario electoral, las esperanzas de Kasich se centran en una convención disputada y en la que sería esencial para su éxito el apoyo de pesos pesados del partido como Romney y el senador republicano John McCain, quienes se enfrentaron al presidente Barack Obama en 2012 y 2008, respectivamente.

No obstante, en medio de gran expectación mediática, Ryan no eliminó la posibilidad de presentarse como candidato a la Casa Blanca en unas futuras elecciones presidenciales.

“Quiero también ser claro en algo: no competir no significa que vaya a desaparecer”, resaltó el legislador, que se encargará de presidir la convención nacional de Ohio de la que saldrá el candidato republicano para la Casa Blanca. EFEUSA