Skip to content
Author
PUBLISHED: | UPDATED:

LONG BEACH – A veces, hacer el bien en una comunidad es un asunto de familia.

Conozca a los Campos. Son una familia de inmigrantes de escasos recursos que están haciendo su parte, y más, para hacer del Área Central un lugar mejor para vivir.

El servicio a la comunidad corre a través de los miembros de la familia si están entrenando niños en riesgo en el fútbol (recogiendo las etiquetas para los zapatos, cuotas de inscripción, transporte y otros costos para los niños que no pueden pagar por ellos), enseñando a los niños y guiándolos a estar fuera del peligro y las tentaciones de las calles, o participando como voluntarios en proyectos de limpieza, embellecimiento, siembra de árboles y otras actividades.

Curiosamente, la participación social y el activismo no siempre fue lo más importante en la lista de prioridades de la familia. Pero fue evolucionado, como ocurre a veces, a través del prisma de los deportes.

Hace dos años, Nancy Torres, la hija mayor, le pidió a su padre, un ex jugador de fútbol, que fuera entrenador de su equipo que parecía disolverse cuando el entrenador se fue.

Aroldo Campos estuvo de acuerdo. Pero eso fue sólo el comienzo. Pronto el equipo se convirtió en el perfecto vehículo para transformar vidas.

“No se trata sólo de fútbol”, dice Torres. “Mis padres quieren que los niños terminen la secundaria y que vayan a la universidad.”

“La cosa única y bonita es que ellos enseñan a estos niños”, dice Tracy Colunga, que es el director del Programa de la Ciudad Weed and Seed, el cual tiene como objetivo reducir los crímenes violentos, abuso de drogas y actividades de pandillas en el Área Central. “Ellos realmente los ayudan a ellos a sentirse parte de una familia, en lugar de sentirse parte de una ganga.”

Al principio era sólo un equipo de niñas, pero pronto empezaron a llegar los niños y ahora son tres equipos con unos 60 niños que juegan bajo la bandera de Nueva Generación, el nombre elegido por los Campos para su equipo.

Escuchar Aroldo y su esposa, Alma, hablar y el nombre tiene sentido.

“Mis sueños son para mis hijos”, dice Alma. “Mi sueño es dejar una leyenda. Yo les digo a mis hijos, “Lo que hago, lo hago por ustedes.”

Cuando habla en Inglés, Aroldo parece un poco tímido y humilde. Pero cuando él explica sus objetivos en Español, usted comienza a sentir la pasión y la intensidad que debe transferir a aquellos que enseña.

A través de la traducción, Aroldo dice que quiere mostrar a los jóvenes a cómo tener éxito y los estimulas para posiciones de importancia.

“Mi sueño es ver a mi juventud sentada en esta ciudad en las posiciones de privilegio”, dice.

Aroldo y su esposa dicen que los niños que juegan en su equipo pueden convertirse en líderes y tomar el control de los barrios donde viven.

Para hacer eso, Aroldo dice que ellos necesitan evitar los peligros de las drogas, el alcohol y las pandillas. Aroldo sabe, porque estuvo en las drogas y en el alcohol en su juventud.

Ahora, sin embargo, es dueño dos empresas, y las ganancias las regresa apoyando equipos de fútbol y ayudando a los niños.

Fuera del fútbol, la familia está constantemente involucrada en actividades cívicas, formal e informalmente.

Aroldo, Alma y Torres están inscritos en el Programa de Lideres de Vecindario, donde están aprendiendo a ordenar los recursos de la comunidad para mejorar el barrio. Aroldo y Alma están trabajando para crear un jardín comunitario en Pacific Avenue, mientras que Torres se encuentra en un proyecto similar en la escuela Young Horizons, también en la Pacific Avenue.

La familia también está trabajando para desarrollar Nuevas Generaciones, una organización sin fines de lucro.

El Concejal de la oficina del Sexto Distrito, Dee Andrews, parece tener a los Campos en un marcador de velocidad, porque ellos saben que siempre que hay un evento, no sólo pueden contar con la familia, sino con otros 25 voluntarios para presentarse.

“Ellos están llegando a hacer todo lo que pueden”, dice Andrews.

Como los fondos y recursos de la ciudad para programas de la comunidad se han reducido debido a la recesión económica, Andrews dice que es gente como los Campos que mantendrá la comunidad de volar aparte.

Todos los días, los Campas dicen que ven ejemplos de su influencia en los niños haciendo lo correcto: sirviendo en los programas de la ciudad, o devolviendo a la ciudad en innumerables maneras.

“Cuando vemos la diferencias en los niños nosotros decimos:” Wow, estamos teniendo impacto,” Alma dice. “Cuando ves eso, tu sientes en tu corazón que estamos haciendo una diferencia.”

Carina Villanueva.

Hace un año, ella estaba contemplando abandonar la escuela secundaria. Pero los Campos le enfatizaron la importancia de terminarla. Y mientras que Villanueva no se graduó con su clase, ella terminó en el verano y obtuvo su diploma.

“Ellos me cambiaron mucho”, dice Villanueva, que planea inscribirse en el Long Beach City College en el otoño y tiene interés en estudiar diseño de modas. “Muchos de nosotros tenemos problemas familiares y personales y ellos siempre están allí para nosotros.”

Torres, mientras tanto, asiste al LBCC y espera ir a Cal State Long Beach.

¿Después de eso?

“Mi sueño es llegar a ser la alcalde de Long Beach”, dice Torres.

Considerando lo que ella y su familia han realizado, no suena exagerado en lo absoluto.