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Washington, 27 sep (EFEUSA).- La Corte de Apelaciones del Distrito de Columbia evalúa hoy el plan contra las emisiones de dióxido de carbono del presidente, Barack Obama, un tema de gran importancia para la comunidad latina, cuya salud se ve afectada de forma desproporcionada por la contaminación.

Diez jueces de la Corte de Apelaciones del Distrito de Columbia, en Washington, escuchan hoy durante horas los argumentos a favor y en contra del Plan de Energía Limpia, que el Tribunal Supremo bloqueó en febrero de este año de manera provisional a la espera de que la corte de apelaciones decida sobre la legalidad del proyecto.

Obama proclamó el plan en agosto de 2015 y es una de las piezas clave de su legado contra el cambio climático, pues busca que Estados Unidos reduzca para 2030 en un 32 % las emisiones de carbono de las centrales eléctricas con respecto de los niveles de 2005.

El plan tiene especial importancia para la comunidad hispana porque dos de cada cinco latinos viven a menos de 30 millas (48 kilómetros) de una central eléctrica de carbón, responsables de un 40% de la contaminación derivada del carbono en EEUU, según datos del Gobierno y del Fondo de Defensa del Medio Ambiente, una organización sin fines de lucro.

Según estas fuentes, la contaminación derivada del carbono, aceleradora del cambio climático, incrementa el riesgo de padecer diversas enfermedades respiratorias, como el asma.

Precisamente, el asma cambió la vida de Neyda Córdoba, una adolescente de 15 años a la que le diagnosticaron esta enfermedad respiratoria cuando tenía solo 8 años y, desde entonces, ha tenido que renunciar a los juegos en el parque, a montar en bicicleta con sus hermanos y a las competiciones en la piscina de su tía.

“Cuando me lo diagnosticaron recuerdo que me cansaba bastante, corría un par de minutos y ya me cansaba, sentía el pecho bien pesado y cuando dormía parecía que mi pecho chillaba. Eso a mi madre no le pareció normal y me llevó al doctor”, cuenta a Efe Neyda, que nació en Arlington (Virginia) y cuyos padres son de El Salvador.

De pequeña, Neyda sentía tristeza por no poder correr con sus hermanos, pero su madre trataba de consolarla comprándole un helado y dándole conversación para que se distrajera.

Con 15 años, Neyda sabe ahora que el aire sucio perjudica su capacidad de respirar y cree que EEUU debería hacer más para limpiar la atmósfera y evitar que los ancianos o los niños, como ella, tengan crisis respiratorias y tosan al encontrarse con un lugar lleno de polvo o al intentar hacer ejercicio.

De la misma opinión son 30 sociedades científicas que en junio de este año pidieron al Congreso de EEUU que actué y busque soluciones contra el cambio climático.

“La gravedad de los efectos del cambio climático está aumentando y se espera que se incremente considerablemente en las próximas décadas”, alertaron los firmantes, entre los que se encuentra la Sociedad Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), una de las organizaciones científicas más prestigiosas del mundo.

No obstante, 27 estados y varias compañías de la industria del carbón se han opuesto por la vía judicial al plan al considerar que pretende reorganizar el sector energético y que Obama se excedió en sus capacidades al exigir a los estados que hagan reducciones en sus emisiones de dióxido de carbono.

Frente a los estados demandantes se encuentra la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA, por su sigla en inglés), que fue la rama del Gobierno encargada de proponer las regulaciones federales del Plan de Energía Limpia al amparo de la Ley de Aire Limpio.

De lado del Gobierno federal, se encuentran grupos ecologistas, promotores de la energía renovable, varias ciudades y otros 18 estados, capitaneados por California, Nueva York y Massachusetts.

La abogada Alejandra Núñez, representante de la organización ecologista Sierra Club, defiende la autoridad de Obama y sostiene que el Plan de Energía Limpia recoge una tendencia del sector energético que ya está ocurriendo y que se basan en más energías renovables y menos plantas eléctricas de carbón.

En declaraciones a Efe, Núñez defendió que lo que varias empresas y las minas de carbón auguran como “el fin de la industria” no será causado por la Ley de Energía Limpia, sino por unos cambios en el sector energético que ya son una realidad.

“El plan es crucial porque las comunidades hispanas están localizadas en los lugares con mayor contaminación”, resaltó varias veces Núñez, que se ha implicado en el caso desde el principio.

El de hoy es el primer examen legal sobre los contenidos del Plan de Energía Limpia porque, hasta ahora, el proceso se ha basado en si el proyecto debía ser bloqueado de manera provisional.

El Tribunal Supremo no entró en el fondo del asunto y ahora le corresponde a la Corte de Apelaciones del Distrito de Columbia decidir sobre la legalidad del plan.

Si la corte falla en contra de Obama, EEUU tendría más difícil cumplir con el Acuerdo de París contra el cambio climático (COP21), llamado a sustituir al Protocolo de Kioto a partir de 2020. EFEUSA