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El Senador Republicano del estado de Arizona John Kyl habla brevemente a miembros de los medios de comunicación acerca del Acto Patriótico en el Capitolio, en Washington D.C. el pasado 26 de Mayo, 2011. El Senado votó por un debate parlamentario para asegurar que dicha ley no sea extendida.
El Senador Republicano del estado de Arizona John Kyl habla brevemente a miembros de los medios de comunicación acerca del Acto Patriótico en el Capitolio, en Washington D.C. el pasado 26 de Mayo, 2011. El Senado votó por un debate parlamentario para asegurar que dicha ley no sea extendida.
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En un gobierno comunista, la palabra control funge como médula dentro de un sistema sin clases sociales; donde la producción está en manos del estado y el acceso a los artículos producidos es libre.

Según la teoría Marxista, el comunismo conlleva al desarrollo de las fuerzas productivas y a la superabundancia de riqueza material, lo cual obviamente, nunca pudo verse materializado.

Aunque, por otro lado, China, con su socialismo capitalista, ha llegado a crear un ejercito laboral -¿acaso podría llamársele de otra manera?-, por medio del cual ofrece costos de producción bastante bajos para atraer la ambición de cualquier corporación o país con miras de crecimiento y enriquecimiento.

A través de esto, la gran nación del oriente se ha desarrollado lo suficiente como para construir una economía robusta que no pide nada a países europeos y que en un futuro no muy remoto podría convertirse en la 1 ra. potencia mundial, remplazando a Norteamérica que por tanto tiempo ha estado en tan privilegiada posición.

El comunismo capitalista, conformado por el control del comunismo y el modelo comercial del capitalismo, ha resultado muy conveniente para que este país oriental pueda mantener un control férreo sobre su población; mientras que al mismo tiempo, pueda producir una riqueza ahora envidiable por sus vecinos.

Por nuestra parte, el hecho de que China sea comunista, no nos evita poder entrar en negocios con ellos; mucho menos de contraer una deuda como la que tenemos con dicho país.

Sin embargo, en Estados Unidos, la simple mención del comunismo causa cierta reacción que rebasa los límites del absurdo. La consigna pareciera ser: sé todo lo que quieras -Neo Nazi, Satánico, Masón, etc.-, menos comunista.

Nuestra más dura crítica es justamente contra el control que los gobiernos comunistas suelen ejercer sobre sus ciudadanos.

Aunque, irónico como suena, al paso que vamos en este país, uno pensaría que una nueva etapa de comunismo esta gestándose dentro de nuestro propio sistema, que hasta hoy ha sido capitalista hasta los huesos.

La pregunta de: ¿hasta que grado debería el gobierno tener control sobre sus ciudadanos? surge al presenciar tres cosas que hoy en día están sucediendo:

-el llamado Acto Patriótico -haciendo uso de un eufemismo obvio-, con el cual se pretende velar de la seguridad nacional a través del espionaje sobre ciudadanos estadounidenses y la suspensión de las garantías individuales

-el lento desmoronamiento de los derechos laborales a través de prácticas corporativas exacerbadas y respaldadas por una ley de libre comercio internacional y un modelo de globalización, todo con apoyo de la administración actual

-la interferencia directa del gobierno en asuntos de salud, haciendo obligatoria la inmunización de niños con vacunas cuyos riesgos no han sido plenamente tasados existiendo posibles nexos entre estas y los crecientes casos de autismo infantil, entre otras cosas

El cuestionar a la autoridad en todo caso, es lo que puede prevenir que un país como este, fundado en los principios de la libertad del individuo, siga siendo garantizada y que un gobierno como el actual no se torne en una tiranía futura, donde por el beneficio de la mayoría, se violen derechos y garantías individuales consideradas como inalienables.

Mándenos sus comentarios a rmsandoval@live.com