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Esta copa mundial ha estado llena de sorpresas desde su principio. Fue el juego de Holanda ante España el que probablemente lo comenzó todo.

Nadie pensaba ni remotamente que el campeón de la pasada copa iba a perder 5 goles a 0 ante el actual subcampeón. Tampoco nos esperábamos que los españoles dejarían el torneo tan pronto. Esa sorpresa sí que fue grande.

Por el otro lado, tampoco imaginábamos que equipos como Costa Rica y Colombia se fueran de cuartos de final dejando tan buen sabor de boca, demostrando lo que ya se ha dicho antes: ya no hay grandes equipos. Los antes considerados “equipos pequeños” destrozaron esa concepción de forma casi heroica.

Y fue Costa Rica la que se llevó las palmas en este mundial como el equipo revelación. Ese último partido paso a la historia como la lucha de David contra Goliat. Y si bien, Goliat (Holanda) terminó ganando en esta ocasión, fue más por cuestión de suerte que por falta de recursos del equipo Tico; con una serie de penales que en mi opinión no traen justicia al momento de definir un encuentro tan cerrado.

Sin embargo, la más grande sorpresa que nadie esperara ya recibir, fue la rotunda goliza que recibió Brasil, el equipo anfitrión.

7-1 mostró el marcador final del juego en el que los alemanes se llevaron la gloria y los brasileños un segundo “maracanazo”, propinado de la forma más tortuosa y humillante.

Aunque si bien es cierto que su goleador Neymar quedó fuera por lesión en la columna y que su capitán había sido sacado por acumulación de tarjetas amarillas, nadie esperaba dicha derrota, digna de un equipo de segunda división; no del pentacampeón que todos creíamos conocer.

Las cámaras mostraban rostros de mujeres brasileñas pintados con banderas, las cuales se iban corriendo por sus lágrimas que brotaron desde el tercer gol apenas comenzado el primer tiempo. Luego vendría un cuarto… luego un quinto…

El segundo tiempo no hizo más que alargar la agonía del equipo verde amarelo, el lucía perdido, como parecía fuera de sí. Como veleros sin brújula, asustados de repente por la tormenta alemana que a cada gol se hacía más fuerte.

El único tanto que pudo meter Brasil, no hizo nada para paliar el dolor de esta cruda derrota. Los sueños de los cariocas de lograr el único campeonato mundial que les faltaba -el de casa-, murió apenas en unos cuantos minutos.

¿Será que esta será la primera copa mundial jugada en América, en la que finalmente un equipo europeo se lleve los laureles?

Solo nos queda ver si Argentina, un equipo que en este mundial no ha dado el despunte esperado, logra parar la acelerada carrera que llevan Holanda y Alemania hacia la final.

Y solo nos queda desear mucha suerte a Messi y a la escuadra albiceleste, y esperar lo mejor en sus dos encuentros restantes.

Mándenos sus comentarios a: rmsandoval@live.com