Con el poder viene una tremenda responsabilidad. Cada parte del gobierno en este país tiene sus privilegios y sus límites. Por está dividido en tres partes, ejecutiva, legislativa y judicial. Cada cual restringe el poder del otro, y a la vez lo complementa; pero todo diseñado en un sistema que si bien no es perfecto, es mejor que una dictadura, en la que una sola persona se encarga de dirigir toda una nación. Ya hemos visto antes los resultados de esto último en distintos casos históricos.
Pero, ¿Qué sucede cuando el poder ilimitado se juega no en las altas esferas del poder; sino en aquellas donde la falta de supervisión garantiza abusos y falta de transparencia?
Me refiero a agencias como la FDA, USDA, CIA y NSA (Agencia Nacional de Seguridad), donde la supervisión es nula, las prácticas bastante cuestionables y el poder puramente ilimitado. Hablando de la NSA, esto sucede a pesar de que dos años atrás, Edward Snowden diera a saber precisamente eso a través de las revelaciones que hizo.
Sin embargo, poco ha cambiado desde entonces. El espionaje indiscriminado sobre todos, no solo sobre personas con registros criminales o aquellos con relaciones cuestionables como debería de ser; es lo que genera tanta controversia, y desgraciadamente, tan pocas acciones por que se arregle el asunto. ¿Acaso por falta de voluntad del gobierno? Obviamente así es.
Pues bien, en el presente, el llamado “USA FREEDOM ACT” busca extender a su vez elementos claves de la llamada “Ley Patriótica”, la cual fuera la creadora de todo este embrollo de “auto-espionaje” desde que fuera instaurada por el ex presidente Bush, y después extendida en varias ocasiones por Obama.
La recopilación de datos de cada persona como llamadas de teléfono, correos electrónicos, información personal en cuentas de empresas donde hace compras, etc., lucen como innecesaria cuando se trata de resguardar la seguridad nacional. Esto es bastante claro cuando a pesar de tanto escrutinio exacerbado, atentados como el del ataque en el maratón de Boston han sido posibles.
¿Realmente tanto espionaje sobre todos nosotros está creando protección, o es esto solo una ilusión?
Un gobierno que bajo el pretexto de la seguridad nacional espía a su gente, bien puede estarlo haciendo para controlarla, no para resguardarla.
Pero, ¿controlar qué? Muestras pacíficas de disidencia, la cual es necesaria para mantener un balance dentro de nuestro perfectible sistema de gobierno. En otras palabras, mantener a raya a activistas políticos que busquen continuamente hacer del poder algo democrático, no simplemente para el uso de una élite política y ‘corporatocrática’ como parece estar ocurriendo actualmente.
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