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DESPUES de media hora de ver el show noticioso el domingo no había escuchado más que encuestas de simpatías. No se discutían ideas (regulación de mercados, papel del estado-) sino dimes y diretes. George decía que los debates republicanos habían disgustado a las mujeres que se habían sentido ofendidas por los desmanes del millonario.

ESTE decía que advertía “sangre en la mirada” de la reportera, por eso se hizo el disimulado y no contestó la pregunta. Bueno, él es millonario y puede comprarse toda la democracia que sea necesaria, con encuestadores incluídos, para decir su mensaje.

DE hecho, disfrutando de un cinismo muy a la americana, dijo que les había embarrado de billetes a todos los partidos, y que si se la querían partir, no descartaba la posibilidad de comprarse un partido, así como se compra sus aviones.

ME da la impresión que el narcisimo de los millonarios los lleva a cierta edad a una crisis de identidad, y se ponen a pensar en qué otro gustito podrían darse antes de que se los lleve patas de cabra. También eso le puede ocurrir a los actores de acción, como a un reciente gobernador que tuvo el estado.

YO también a veces soy un poco cínico, no vaya usted a creer, y cuando pienso en las batallas perdidas por la simpatía de los lectores, me pongo mejor a contar chistes conmigo mismo, y escucho con envidia el show de El Bueno, la Mala y el Feo.

PERO que un millonario que está acostumbrado a tomarla contra los inmigrantes que les construyeron sus hoteles, y que en tiempo de crisis, cuando la gente estaba perdiendo sus hogares, hacía seminarios para apropiarse de estos- Que un millonario así, salga con que se sintió amenazado por la guapa reportera… Plis, plisss… Give me a break!