“El cerébro es como un músculo, si no se ejercita no se desarrolla”.
Tengo bien presente esa frase que leí alguna vez cuando era adolescente. El autor no explicaba los detalles, pero tenía sentido lo que decía: “la práctica hace al maestro”.
No fue sino hasta años más tarde que aprendí que las conexiones entre las neuronas se agilizan cuando uno hace más esfuerzo intelectual. Esto también lo veo en el maestro Fausto Fuentes, de Zacapu, Michoacán, quien hace un momento lo felicité por haber cumplido 101 años de edad y seguir lúcido.
Mi padre, aunque no fue a la universidad, toda la vida se ha mantenido leyendo y escribiendo. Eso hace que hasta la fecha siga escribiendo una columna en el periódico local, y que la última vez que lo ví me dijo con voz un poco rasposa: “mira, este es un buen libro que acabo de leer, te lo recomiendo”.
Leer constantemente, no importa lo que se comience a leer, es algo que facilitará aprendizajes más complejos y mejores oportunidades de vida.
Ahora que se va a estrenar la película “Goosbumps” que ha sido un éxito de ventas en inglés y español, recuerdo cuando a mi hijo se las compraba cuando visitábamos la desaparecida librería Borders de Long Beach. Esas lecturas y el truco de hacerle ver videos de películas extranjeras con subtítulos en español o inglés lo hicieron un gran lector, aún después de haberse graduado de UCLA.
Leer textos más serios se facilita si se ha ejercitado la lectura con otras cosas menores. A mi morrillo le ponía películas de samurais o italianas para que aprendiera a leer rápido. La conexión entre imágenes y texto de los subtítulos fue un verdadero ejercicio intelectual.
Aunque muchos menosprecian los comics y las novelitas de vaqueros de Marcial Lafuente o Louis Lamour, ese material de lectura hacía que mucha de la gente que conocí en mi infancia fueran buenos lectores.
Por mi parte, cuando quize avanzar a un paso más rápido en el aprendizaje del inglés, solía leer algún libro del que hubiera también una versión auditiva. “Dolores Clairborne”, de Stephen King, fue uno de los libros que leí con los audífonos pegados a los oídos. Párrafo tras párrafo, con el audiolibro y el libro, iba aprendiendo el acento de las palabras.
Desde chico supe que para quien quiera educarse, siempre hay una forma de lograrlo. Quien sea un huevón, pues ni yendo a bailar a Chalma lo va a lograr.
El cerebro es un músculo complejo, pero la forma de estimularlo es muy simple: poniéndose a leer. Si la película “Goosbumps” ayuda a motivar a los niños a leer, bienvenida sea.
José Fuentes-Salinas
Editor de Impacto USA
Puede escribirle a:
21250 Hawthorne Blvd., Suite 170, Torrance, CA 90503, USA, jose.fuentes@impactousa.com