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GUATEMALA nos envió una buena cantidad de alimentos en el 2015: $804 millones de dólares en bananas, $324 millones de café, $238 de frutas frescas, $120 de vegetales y frutas procesadas y $113 de vegetales frescos.

LOS SALVADOREÑOS, con todo y sus problemas, nos enviaron: $75 millones en café, $90 en azúcar-

LOS MEXICANOS (esos malos mexicanos, que según Trump, “solo mandan lo peor”), mandó la mitad de las ensaladas que se consumen en los Estados Unidos, y con un envío de $21 BILLONES de productos agrícolas fue el segundo mayor proveedor de alimentos que se consumen, incluso en los hoteles del presidente electo. “That mexican thing” (frasecita de Mike Pence) envió $4.8 billones en vegetales, $4.3 billones en fruta fresca…. (https://ustr.gov/countries-regions).

QUE los mexicanos y centroamericanos nos hagan la vida más “cachetona”, con el cafecito, el guacamole (aún a costa de destruír sus bosques), los platanitos- no es el problema. El problema es como decía mi amigo chapín: “en mi pueblo los músicos de banda dicen: hay veces que se escuchan más los pedos que la música”.

POR muchas décadas, el comercio entre Estados Unidos y Latinoamérica ha beneficiado mayormente a las compañías norteamericanas., generando en el otro extremo condiciones económicas que propician inestabilidad, guerras… y la inmigración.

UNO DE los “side effects” (efectos secundarios) de todo esto es la inmigración indocumentada. (No, no es solo la corrupción y la existencia de gobiernos espurios. En el pasado las propias compañías han corrompido gobiernos para tener acuerdos más lucrativos).

ES POR ESO que la Reforma de Inmigración, un trato más respetuoso a los inmigrantes, y la protección de las familias inmigrantes, es “lo menos” que puede hacer una sociedad que se ha beneficiado durante muchas décadas de un comercio desigual (Aún sin hablar de otros productos y servicios).