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Ginebra, 22 may (EFE).- La Asamblea Mundial de la Salud que se celebra en Ginebra aprobó hoy una resolución que pide el desarrollo e implementación de políticas públicas multisectoriales destinadas a reducir la incidencia y morbilidad de la hepatitis, que se cobra anualmente la vida de 1,4 millones de personas.

La resolución urge a los países a que desarrollen programas de prevención de la hepatitis y refuercen los programas de inmunización para reducir la incidencia de los tipos para los que existen vacunas.

La hepatitis es la inflamación del hígado, causada en la mayoría de los casos por una infección vírica.

Hay cinco virus principales que causan hepatitis. Los más peligrosos son los tipos B y C porque son los que pueden desencadenar una cirrosis y cáncer de hígado.

La hepatitis A y E se contrae tras haber ingerido agua o comida contaminada, mientras que los virus B, C o D aparecen por contacto con fluidos corporales tras haber compartido una jeringuilla, obtenido una transfusión de sangre, o por transmisión sexual, entre otros.

En el caso de la hepatitis B la madre también puede transmitir al hijo el virus, por lo que se recomienda encarecidamente la vacunación del recién nacido.

Precisamente, uno de los apartados de la resolución se refiere a este punto y urge a los estados a incluir la vacuna de la hepatitis B en los programas nacionales de inmunización.

Además, la resolución exhorta a los países a reforzar sus sistemas de recolección de sangre para asegurarse de que ésta es segura y puede usarse para transfusiones.

Asimismo, pide que cuando sea necesario se “considere implementar mecanismos legislativos nacionales sobre el uso de la flexibilidad que contiene el Acuerdo sobre Comercio y Propiedad Intelectual (TRIPS), con el objetivo de promover el acceso a productos farmacéuticos específicos”.

En este sentido, el texto pide a la Organización Mundial de la Salud (OMS) que ofrezca asistencia técnica a los países que quieran acogerse a las posibilidades del acuerdo TRIPS en ese ámbito.

La resolución insiste en la necesidad y en la urgencia de luchar contra la enfermedad y recuerda que no sólo 1,4 millones de personas mueren cada año a causa de la hepatitis, sino que existen 500 millones de personas que conviven con alguno de los virus que la provocan.

Además, el texto recuerda que muchas personas desconocen que son portadoras, lo que incrementa el riesgo de contagio a terceros y sobre todo de desarrollar una enfermedad grave y crónica en el caso de los virus B y C.

Con respecto al tipo B, la resolución lamenta que a pesar de que existe una vacuna efectiva, unos 240 millones de personas en el mundo conviven con el virus y corren el peligro de desarrollar cirrosis o cáncer.

Por todo ello, la resolución pide intensificar los controles para detectar nuevos casos y establecer los programas necesarios para que todos los pacientes puedan recibir tratamiento adecuado.

La resolución fue aprobada hoy en el Comité A (el principal foro de discusión de la Asamblea) y será adoptado mañana en plenaria. EFE