Skip to content
Author
PUBLISHED: | UPDATED:

La salud es algo bastante básico como para menoscabar los recursos que se gastan en conservarla. Suena lógico, aunque sin duda, muchas veces la lógica y la política no van de la mano. Cuando se trata de ahorrarse unos verdes, el gobierno hace recortes que afectan a la mayoría.

El machetazo esta semana es ni más ni menos al sector de sanidad. Y es que ahora el maravilloso plan es el de retirar el 40% de inspectores del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA en inglés) que vigilan plantas de procesamiento de carne de pollo.

El trabajo de estos inspectores -que no ha sido tan perfecto que digamos- va a ser transferido a los trabajadores de cada planta, lo que significa que los mismos empleados van a supervisar su propia chamba. Nadie que les diga: “esto no pasa”, “vuélvelo a hacer”. Suena genial, ¿no?

Aunque también implica que también tendrán que inspeccionar 200 aves por minuto sin entrenamiento alguno, tarea que será adherida a su trabajo regular.

Estos empleados -y las empresas para las que trabajan- no tendrían quien les impida negligir la forma en que procesan, limpian y empaquetan la carne de pollo que será destinada para nuestro consumo.

Suena bien, al menos para las empresas que no tendrán que poner atención en “detalles tan mínimos” y que probablemente podrán incrementar su producción con la falta de trabas que hasta ahora les han puesto los supervisores de la USDA. En pocas palabras; es como pedirle al ratón que resguarde el queso.

Pero, ¿qué significa esto para nosotros, los consumidores, los que compramos esa carne y que no solo la comemos, sino que la damos también a nuestros niños? Definitivamente nada bueno.

Según la organización “Food & Water Watch” (Vigilantes de Agua y Comida), la cual llama a esta medida ‘The Filthy Chicken Rule’ (ley del pollo sucio), “los registros muestran que líquidos biliares, úlceras, costras, plumas, tejidos del tracto digestivo y hasta materia fecal, a menudo no están siendo eliminados adecuadamente de las canales de pollo. Dos de las plantas de ensayo fracasaron cuando la USDA realizó pruebas de salmonella en sus aves.

El informe anual actual de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) muestra que pese a esfuerzos de las autoridades sanitarias, las infecciones transmitidas por los alimentos siguen siendo un problema importante de salud pública en Estados Unidos. Contagios vinculados al consumo de lácteos, mariscos crudos, y por supuesto, pollo; van en aumento E.

Imagine estos problemas multiplicados. Eso es precisamente lo que produciría este cambio propuesto gracias a la falta de sentido común gubernamental.

Cambios como este no son solo absurdos, sino dañinos. Definitivamente el gobierno no debería ‘ahorrarse’ esos trabajos. Y si de fondos para el presupuesto se trata, cobrar impuestos a los que pueden pagarlos sin chistar y terminar subsidios a grandes empresas, podría generar más dinero para las arcas de la nación. Es una solución simplista; es verdad… pero al menos tiene más lógica, ¿no cree?

Si quiere, puede firmar aquí una petición en internet que será enviada a Obama sobre no eliminar a los supervisores antes de que apruebe la
ley. </P

Mándenos sus comentarios a: rmsandoval@live.com