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Los Ángeles, 4 feb (EFEUSA).- Muchos de los artículos que se venden en las tiendas como “Dollar Tree” o “99 Cents Only”, muy populares entre los consumidores latinos y afroamericanos de bajos recursos como la opción más viable para sus bolsillos, presentan un elevado grado de toxicidad, según reveló hoy un estudio de la Campaña para Soluciones más Saludables.

Un 81 % de los productos que se encuentran en las estanterías de estos establecimientos contiene al menos una sustancia química cuya toxicidad supera los niveles permitidos legalmente, afirmó el informe.

Entre los 164 artículos analizados se encuentran juguetes, material escolar, latas de comida y productos del hogar y electrónicos fabricados con sustancias asociadas al cáncer, la diabetes, los defectos congénitos, problemas de aprendizaje y otras enfermedades graves.

En total hay más de 22.500 tiendas de “Family Dollar” repartidas por todo el país, con mayor presencia en barrios expuestos a bajas condiciones de vida, que no reciben servicios médicos adecuados y con acceso limitado a alimentos frescos y sanos.

“Estamos ya afectados de manera desproporcionada por la contaminación y la falta de atención médica adecuada, y ahora sabemos que podríamos estar llenando nuestros hogares y cuerpos con químicos procedentes de productos que se venden en las tiendas de Dólar”, denunció José T. Bravo, coordinador nacional de la campaña.

“Esto debe parar”, aseveró.

Las tiendas Dólar generan más de 36 billones de dólares en ventas al año, superando la cifra de gigantes como Walmart. De ahí que la campaña haga también un llamado a que estos establecimientos garanticen que sus artículos no ponen en riesgo la salud del consumidor.

En California, por ejemplo, los niños de siete años de origen méxicoamericano presentan más PBDEs (éteres difenílicos polibromados) en sus cuerpos que el resto de personas evaluadas en todo el mundo.

Estas sustancias son “utilizadas ampliamente como retardantes de llama en productos de consumo”, alerta el informe.

Algunas de las recomendaciones realizadas por Bravo incluyen alejarse de “artículos de plástico que desprenden un fuerte olor (a plástico) y asegurarse de que la comida no ha caducado”.

El estudio no evaluó la calidad de la comida envasada, aunque advierte que “gran parte de ésta está altamente procesada y es de baja calidad nutritiva”. EFEUSA