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  • El agua cristalina y fina arena hace de Bocas del...

    El agua cristalina y fina arena hace de Bocas del Toro un auténtico lugar de relax en la costa caribeña de Panamá.

  • La Feria del Mar es el festival turístico tradicional de...

    La Feria del Mar es el festival turístico tradicional de Bocas del Toro. Cuenta con medio siglo de trayectoria y se celebra en una zona situada junto a una playa en la Isla Colón, la principal isla del archipiélago pero, a tenor de algunas complicaciones, puede tener los días contados.

  • Aspecto de una de las playas de Bocas del Toro....

    Aspecto de una de las playas de Bocas del Toro. De estas arenas finas y aguas transparentes está repleto el archipiélago.

  • Una playa en Bocas del Toro, Panamá.

    Una playa en Bocas del Toro, Panamá.

  • Una imagen de la transparente agua de las islas de...

    Una imagen de la transparente agua de las islas de Bocas del Toro, en Panamá, con un primer plano de una de las embarcaciones de alquiler para pasar de isla a isla.

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Para llegar hasta este magnífico archipiélago panameño de Bocas del Toro puede hacerlo en avión o por carretera. Si se inclina por la primera opción, los vuelos parten desde el aeropuerto de Albrook, en la Ciudad de Panamá, y en menos de una hora aterrizará en Isla Colón. Si, por el contrario, prefiere recorrer los 600 kilómetros desde la capital, debe saber que se necesitan al menos nueve horas para llegar a su destino caribeño, aunque el trayecto vale la pena.

Esta segunda opción requiere cruzar prácticamente todo el país por la carretera Panamericana hasta la ciudad de David, cerca ya de la frontera con Costa Rica, y atravesar el istmo cruzando las montañas hasta la costa del Caribe, para tomar una lancha en Almirante, hasta la Isla Colón.

Una vez allí, moverse entre las diferentes islas es muy sencillo, solo tiene que negociar con la gente del lugar (hay varias cooperativas de taxis acuáticos) el precio del trayecto, más o menos unos cinco dólares por viaje, dependiendo de la distancia.

En muchas ocasiones, los propios hoteles organizan paquetes de excursiones que incluyen visitas a los lugares más visitados, aunque su precio ronda los veinte o treinta dólares.

UN PASEO EN LANCHA.

Y si está en Bocas del Toro, no puede perderse alguna de las excursiones que le propondrán al llegar allí, y menos si el tiempo le acompaña con un bonito día soleado.

Nadar con delfines, bucear entre corales, relajarse en alguna playa paradisíaca, comer un excelente pescado local o simplemente admirar la imponente vegetación tropical que surge del mar con cada isla, pueden ser alguno de los planes que pueden disfrutar en esta región caribeña.

A primera vista, ir al encuentro de los delfines puede ser una de las excursiones más atractivas. Para ello, busque una lancha que le lleve hasta la Bahía de los Delfines, desde donde podrá observar como estos animales nadan, saltan y juegan entre ellos; aunque es preferible estar avisados de una cosa antes de ir: las personas podemos programar ir a ver la Naturaleza, otra cosa es que ésta aparezca en el momento que nosotros deseamos.

No se desanime si no consigue ver a los delfines y continúe hasta las cercanas playas de Cayo Zapatilla, uno de esos lugares típicos del Caribe que nos muestran en fotografías, con arena blanca y agua cristalina, rodeado de una vegetación de color verde intenso.

A continuación, tras un placentero baño en estas aguas, puede seguir su ruta hacia Cayo Coral, donde podrá bucear rodeado de peces y corales, o mejor dicho, donde la enorme cantidad de peces de todos los tamaños y colores bucearan con usted.

Para terminar su paseo, después de deleitarse con un buen pescado en alguno de los restaurantes de la zona situados en cabañas levantadas sobre las aguas -los precios suelen oscilar entre los quince y veinte dólares-, puede acercarse hasta la playa de Red Frog, en la Isla Bastimientos.

Esta gigantesca playa, a la que se accede tras abonar los tres dólares que cuesta la entrada al parque natural que hay que cruzar para llegar a ella, es una de las más famosas de Bocas del Toro, así que no será el único turista del lugar.

Otros destinos populares son la llamada Playa de las Estrellas, en Boca del Drago, bautizado así por el propio Cristóbal Colón en su cuarto y último viaja a América, por recordarle la línea de contorno de la costa a la boca de un dragón.

Se trata de una playa flanqueada de cocoteros en la que uno puede nadar en aguas transparentes viendo en el fondo, sobre la arena blanca, numerosas estrellas de mar.

Cerca, mar adentro, también está Isla Pájaros, un peñasco de enorme belleza que se alza en medio de las claras aguas características de la zona, habitada por millares de aves de diferentes especies.

UNA FERIA EN PELIGRO.

La Feria del Mar es el festival turístico tradicional de Bocas del Toro. Cuenta con medio siglo de trayectoria y se celebra en una zona situada junto a una playa en la Isla Colón, la principal isla del archipiélago pero, a tenor de algunas complicaciones, puede tener los días contados.

“La Feria del Mar es la vitrina donde encontramos la idiosincrasia y la cultura de un pueblo”, dijo a Efe la gerente general de la feria, Alba Taguado.

Esta feria lleva “51 años celebrándose consecutivamente con la misma organización”, aunque en un primer momento su nombre era Feria del Mar y Agropecuaria, donde todos los agricultores y ganaderos de esta región, una de las más humildes del país, mostraban sus productos para comercializarlos.

Sin embargo, con el paso de los años se ha ido perdiendo esta característica ya que, para Ángel Rodríguez, coordinador de Turismo de Alianza Bocas, una de las organizaciones para la conservación de la región, “hay mucho de gobierno, pero en realidad le falta la esencia de la feria que es el turismo; y ambiente también, cada año hay menos”.

“La Feria del Mar tiene que vivir, tiene que preservarse, ya que estamos a punto de perder el terreno donde celebramos la Feria del Mar. La municipalidad de Bocas del Toro está vendiendo estos pedazos de tierra, aduciendo que son ejidos municipales”, advirtió Alba Taguado.

Aquí aparece la principal preocupación de la organización pues, sin terrenos, no hay feria. Nadie quiere levantar mucho la voz ante este complicado asunto ya que, a pesar del murmullo generalizado, el asunto está en manos de abogados y expertos legales y nadie quiere hablar demasiado del asunto.

“Necesitamos más apoyo de las autoridades y de las personas porque toda actividad depende de su pueblo, y su pueblo tiene que apoderarse de la actividad para que sea más excelente. Estamos en el camino a la excelencia”, añadió la gerente de la Feria del Mar.

RECUPERAR LA CULTURA.

“Los jóvenes han perdido toda costumbre, toda cultura, hoy en día la juventud no sabe lo que es un atuendo afrodescendiente, no saben qué es hablar un idioma tradicional nuestro, que es el ‘guari guari’, mezcla de inglés con francés”, cuenta Rubén Rodríguez, quien trabaja para la Autoridad del Turismo de Panamá en Bocas del Toro.

La feria tiene como principales actividades la famosa competición de pesca, en la que participa prácticamente todo el pueblo de Isla Colón, y la carrera de lanchas y botes, muy popular entre los bocatoreños.

El programa cultural se completa con algunos concursos de bailes típicos que se celebran, ya en la noche, en los escenarios de la feria.

Sin embargo, la gente parece más atraída por el pasillo de puestos de artesanía y comida que se colocan en la carretera pegada junto a la playa Istmito. Sobre todo, las personas llevan una dirección clara, que no es otra que hacia el final del camino, donde se encuentra la moderna discoteca instalada con motivo de la Feria del Mar y donde se puede escuchar música hasta altas horas de la noche.

“Para la generación actual la feria es una fecha en la que espera mostrar algún atuendo, alguna ropa que quieran lucir, no hablando culturalmente; e ir a las famosas discotecas”, destacó Rodríguez.

Las modas extranjeras, la hiperconexión de los jóvenes a través de las redes sociales o la falta de motivación de estas nuevas generaciones son algunos de los factores que, aseguran, han provocado la pérdida de la cultura caribeña.

Aunque, según Esperanza Vargas, vecina de Isla Colón, los padres y profesores son los mayores responsables de este fenómeno, por no inculcar entre los jóvenes que “lo importante son los cambios, pero que también hay que ver lo viejo, lo antiguo, para conservar la cultura”.

En este sentido, la organización está trabajando para “mejorar el entorno sin tapar el paisaje perfecto que es el mar” y potenciar la presencia de instituciones y organizaciones agropecuarias que devuelvan a la Feria del Mar a sus orígenes.

En definitiva, la Feria del Mar y Bocas del Toro aún tienen mucho por enseñar y ofrecer a sus visitantes. El potencial de una de las regiones más turísticas de Panamá es inagotable, por eso, recuperar el esplendor de su feria es tan importante, porque además, según comentó Alba Taguado: “Si perdemos los terrenos, perdemos la feria y la playa del más humilde.”

EFE/REPORTAJES.-