Skip to content
El edificio del Banco de la Reserva Federal en EE. UU.
El edificio del Banco de la Reserva Federal en EE. UU.
Author
PUBLISHED: | UPDATED:

La primera bofetada a la clase trabajadora al comienzo de esta crisis económica fue la decisión del gobierno de exentar a las empresas y a los ricos de pagar impuestos. Con esto se pretendía que al crear nuevos trabajos, dichas empresas ayudarían al mejoramiento de la economía.

Lo que olvidaron nuestros regentes era que los trabajadores, los cuales siguieron pagando impuestos, no solo representan la fuerza de trabajo, sino también la consumidora

Al seguir siendo “castigados”, su poder de compra mermó y dicho mejoramiento económico no sucedió.

Por otro lado, la creación de nuevos trabajos no llenó en nada las supuestas expectativas de aquellos que votaron por anular los impuestos de la clase privilegiada.

Y aunando a lo anterior, el diseño e implementación de los llamados tratados de libre comercio en mira de una economía global han sido los que más han deteriorado no solo la economía del trabajador común, sino también sus derechos laborales.

En sus tiempos de gestación, una economía de este tipo pudo haber parecido como algo bueno; pero en la actualidad, los resultados son tan negativos que han ido socavando los logros de la clase laboral, sobre todo desde la reciente recesión económica.

Hemos podido ver como las grandes corporaciones envían sus plantas de producción a países en donde los sueldos son inferiores y las leyes laborales son mínimas.

Otra tendencia de las corporaciones ha sido la de aumentar a los trabajadores tareas que antes estaban fuera de sus obligaciones, además de congelar o bajar sueldos, de cortar horas y beneficios.

El debilitamiento de sindicatos a través de despidos de miembros de estos, la reducción de horas de trabajo a empleados y la reducción de beneficios son cosas que las empresas están haciendo para mantener un margen de ganancias aun en medio de esta crisis, aunque, dicho está de más, es a costa de la clase laboral.

El hecho de que las empresas puedan emigrar libremente y de que tratados como el del libre comercio (TLC) las respalden, son aportaciones lógicas de un ‘gobierno corporatocrático‘, por medio del cual, se defienden los intereses de las corporaciones encima de los intereses ciudadanos.

Y por si esto fuera poco, aparte tenemos que rescatar a dichas empresas supuestamente “por el bien de la economía del país”, brindándoles préstamos con los impuestos de la ciudadanía.

Lo único malo es que, todas aquellas empresas que enviaron fábricas nuevas a Tailandia, China, América Latina, etc., al ver las muchas ganancias que les crea la mano de obra barata y el uso de recursos de esos países y regiones, les resultará absurdo pensar en regresar a territorio nacional una vez pasada la crisis económica. Y ni qué decir de los trabajos que proveen. Se han esfumado- al menos para los que aquí vivimos.

Mientras, por la escasez de trabajos en nuestro territorio, el individuo común acepta posiciones con pocos o nulos beneficios, con pocas horas y con horarios rotativos, y que además -por si fuera poco- les exigen habilidades adicionales o más conocimientos.

¿Será que esta situación financiera ha sido diseñada por el gobierno y legalmente respaldada por las leyes que este ha creado?

La Reserva Federal

El Banco de Reserva Federal en los Estados Unidos, un organismo fundado en 1913 para proveer al país de recursos monetarios en tiempos difíciles, obviamente no logró su objetivo en la presente crisis financiera.

En cambio, como se temía, si se convirtió en una herramienta de control sobre la mayoría de las riquezas mundiales y el poder político en las manos de unos pocos.

En ese tiempo, el entonces Congresista de Luoisiana Arsène Pujo, dirigió una investigación con la cual se descubrió que J.P. Morgan & Co. y otros banqueros, a través del abuso de fondos públicos del país, habían conformado un monopolio, consolidando el control de varias industrias con una valúa de casi $22.5 billones de dólares, el cual era casi el valor total de lo que manejaba la bolsa de valores de Nueva York en ese entonces.

En la actualidad, este organismo, denominado por algunos como un cartel de bancos privados establecido para proteger poderosos intereses, aun controla la economía de la nación, y desgraciadamente como hemos visto ya; también del mundo.

Cabe mencionar que J.P. Morgan, fue la única institución bancaria que no se vino abajo en esta crisis económica, sino todo lo contrario, terminó absorbiendo a bancos en quiebra como Washington Mutual, entre otros. ¿Será que J.P. Morgan aun conserva aquellos nexos con la Reserva Federal y gracias al uso de fondos públicos pudó salir avante de una recesión como esta?

Sin duda alguna, el control de la economía ha estado en las manos incorrectas por largo tiempo ya.

Una época tan difícil como esta, llama a la reflexión de la ciudadanía en pro de un cambio más congruente que convenga a los intereses de la población, no solamente de un grupo que aun sigue haciéndose inmensamente rico con nuestros recursos.

¿Será que estamos tan acostumbrados a dejar el poder en manos de unos cuantos, que hoy día nadie quiere hacer nada por realizar ese cambio?

Se lo dejo a su criterio.

Mándenos sus comentarios a rmsandoval@live.com

Si desea consultar las columnas anteriores, visite

– Columna I El control extendido y el gobierno: ¿buena combinación?

– Columna II El gobierno y el control de la seguridad